Economía

La intensa desaceleración económica llevará a mínimos la creación de empleo en España en 2023

La intensa desaceleración económica que ya está afectando a España llevará a mínimos la creación de empleo a lo largo de este año, según los expertos consultados por OKDIARIO. El mercado de trabajo siempre se ha comportado con un efecto de retardo en relación con el crecimiento económico, y esto ya se ha constatado a finales de 2022. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el PIB apenas creció un 0,1% en el tercer trimestre de 2022, y este escenario prácticamente plano se dejó sentir ya en diciembre pasado en lo que se refiere a la creación de nuevas ocupaciones.

En un mes que suele ser tradicionalmente bueno desde el punto de vista laboral, con motivo de las contrataciones para la campaña de Navidad y del aumento del consumo, que empuja la oferta de nuevas ocupaciones, el mes pasado se saldó con apenas 12.64o trabajadores adicionales afiliados a la Seguridad Social, dando lugar al periodo menos dinámico en términos de contratación desde 2012. Si la medición se realiza en términos desestacionalizados -despejando los inevitables efectos del calendario-, incluso se observan los primeros síntomas de destrucción de puestos de trabajo. Por otra parte, el registro final de autónomos a lo largo de 2022 ha sido catastrófico, sólo cinco personas más en términos absolutos en todo el ejercicio.

Aunque el Gobierno prevé que la economía haya crecido en el entorno del 5% en 2022, los expertos consultados estiman que se basa en un crecimiento meramente estadístico, por comparación a lo que sucedió en 2021, donde se registró el proceso de normalización después de la crisis del Covid. Pero si hablamos estrictamente de lo que ha ocurrido el año pasado, los crecimientos del PIB han sido del 0,1% en el primer trimestre, del 2% en el segundo y del 0,1% en el tercero, con lo cual, en términos anualizados, estaríamos hablando de un aumento de la actividad a lo largo del ejercicio anterior que no llega al 2,5%. Aunque el INE todavía no ha hecho púbico el dato correspondiente al último trimestre de 2022, los medios consultados esperan que será muy moderado, la misma tendencia que se espera a lo largo del primer semestre de 2023. «Y esto se notará en las estadísticas de empleo a lo largo del presente año», añaden las citadas fuentes.

El balance anual del empleo en 2022 ha sido muy satisfactorio, a pesar de todo. Se han producido 830.000 altas más en relación con 2019, el año de la pandemia, y se han alcanzado cifras récord de afiliación, por encima de los 20 millones de ocupados, pero el balance está estrictamente oscurecido por la explosión de las personas contratadas como fijos discontinuos, que han crecido espectacularmente desde que la contrarreforma laboral de la vicepresidenta Yolanda Díaz prohibió de facto la contratación temporal. La peculiaridad de los fijos discontinuos es que, aunque estén temporalmente inactivos, no computan como parados, y además tienen derecho a seguro de desempleo.

Es verdad que esta figura contractual siempre se ha contabilizado de la misma manera. La diferencia entre entonces y lo que está sucediendo ahora es que antes era una fórmula prácticamente residual, mientras que en estos momentos está alcanzando cotas desproporcionadas, hasta el punto de que el número de fijos discontinuos inactivos alcanza el medio millón de personas. Todos los servicios de estudios del país se han hecho eco de la distorsión que provoca esta figura a efectos de conocer la realidad del mercado laboral y la tasa de paro efectiva del país, que a pesar del optimismo del Gobierno sigue anclada por encima del 12%, y que según algunas entidades como el Instituto de Estudios Económicos -dependiente de la patronal CEOE- se situará sensiblemente por encima del 13%.