Economía
"Hay que doblegar la inflación hasta el 2%"

Los ‘halcones’ del BCE no bajan la guardia: «Los tipos de interés deben subir por un tiempo prolongado»

El ala dura del Banco Central Europeo, los llamados ‘halcones’, no baja la guardia. Aunque el jueves de la semana pasada el banco central subió los tipos de interés medio punto, hasta el 3%, y aseguró que volverá a hacerlo en la misma proporción en marzo, los partidarios del rigor monetario, cuya opinión es la preponderante en estos momentos en la institución, consideran que «la política monetaria debe mantener un tono y un nivel muy restrictivo durante un periodo prolongado de tiempo», según las fuentes consultadas por OKDIARIO.

De continuar triunfando sus tesis, el precio del dinero seguirá subiendo más allá del próximo mes, que es el plazo que de momento se ha fijado la presidenta Christine Lagarde. A pesar de acotar coyunturalmente el margen de maniobra, la máxima responsable de la entidad dejó claro que la tasa de inflación está en niveles demasiado elevados sin que haya perspectivas claras de que vaya a flexionar rápidamente a la baja, dada la resistencia que muestra el índice subyacente -que descuenta los precios de los alimentos sin elaborar y de la energía-.

El ala dura del BCE está encabezada, como suele ser habitual, por el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, que desde su nombramiento en enero de 2022 siempre se mostró horrorizado por los tipos de interés negativos en términos reales. Nagel ha sido sistemáticamente partidario de elevarlos lo que haga falta para cortar de raíz la inflación, que es una preocupación constante en la política alemana desde los tiempos de la fracasada República de Weimar (1918-1933), y no ha dejado de ser un motivo de inquietud entre los  propios ciudadanos que se ha ido transmitiendo de generación en generación dada la terrible experiencia de aquella época.

En favor de las tesis de Nagel está también la representante alemana en el consejo ejecutivo de la institución con sede en Fráncfort, Isabel Schnable, y otros miembros gobernadores de los bancos centrales de los países nórdicos y escandinavos, habitualmente críticos con la expansión del gasto de los estados del Sur de Europa, principalmente España e Italia, que en su opinión ha favorecido durante todo este tiempo la relajación monetaria del BCE, empujando al alza los déficit y los niveles generales de deuda pública.

A pesar de que el ala dura no tiene duda de que los sucesivos incrementos de tipos de interés aprobadas hasta la fecha han comenzado a dar sus frutos y de que la inflación va a mejorar con toda probabilidad en los próximos meses «no conviene aflojar la mano porque las incertidumbres relacionadas con la guerra de Ucrania son muy altas y hay riesgo de que los precios de la energía vuelvan a tensionarse, circunstancias todas ellas que invitan a ser precavidos y al mismo tiempo determinados», afirman dichas fuentes. De hecho, aducen, «el BCE, aunque sólo se refirió a la decisión que adoptará en marzo -otra alza de medio punto-, no ha descartado más subidas de tipos de interés, que estarán en función de los nuevos datos macroeconómicos que vayamos conociendo».

Los mercados en todo caso no parecen creerse del todo que los ‘halcones’ vayan a imponer sus tesis: de hecho, tras la subida de medio punto aprobada el pasado jueves, los bonos subieron de precio y bajaron de rentabilidad anticipando que el precio del dinero no va a seguir aumentando con intensidad, y la bolsa, en la que las acciones de los bancos se dispararon ante el seguro incremento de los beneficios de las entidades, luego recogieron velas, y recortaron las cotizaciones, descartando que el rigor monetario vaya a proseguir sin freno.

El hecho, sin embargo, es que los ‘halcones’ se muestran insensibles a los cantos de sirena de los que pronostican que una dureza monetaria tan extrema pueda castigar más de la cuenta la actividad económica e inducir una eventual recesión. «No estamos en condiciones de que nos tiemble el pulso», afirman, a pesar de que, de acuerdo con las previsiones de la Comisión Europea, el PIB crecerá apenas un 0,3% en 2023, o de que la locomotora alemana se contrajo un 0,2% en el último trimestre del año pasado. El empleo ha mejorado y la tasa de paro se ha situado en el 6,6%, que es la mitad de la de España, sin duda el país más amenazado tanto por las subidas de tipos de interés como por la decisión del BCE de no ir renovando parte de la deuda pública, una cambio radical de comportamiento que alterará las condiciones de financiación de las empresas y elevará las cuotas hipotecarias de los particulares.