Economía

Guindos usará Bankia para un rescate encubierto de Popular si los bancos privados no lanzan una OPA

Las entidades que están estudiando la operación de compra, que son BBVA, Santander, Caixabank y Sabadell, han descubierto que el agujero en el balance del Popular es mayor de lo esperado y podrían no hacer una oferta, lo que pondría a Popular en una difícil situación. Guindos, llegado el caso, usaría Bankia, controlada por el Estado con un 60% del capital, para fusionarse con Popular, es decir, haciendo un rescate encubierto.

Tres grandes competidores se disputan la maratón más larga del mercado en los últimos tiempos. Santander, BBVA y Bankia han acudido a la cita y disputarán una carrera para adquirir Banco Popular de la que parece haberse retirado Sabadell. Sin embargo, la intención del Gobierno es que Bankia haga únicamente de salvavidas en caso de que las entidades que dirigen Ana Botín y Francisco González no lleguen a meta. Esta operación sería un rescate encubierto para la entidad que capitanea Emilio Saracho.

La semana pasada, el ministro Luis de Guindos anunció dos cosas. La primera, que Bankia lucharía por hacerse con el Banco Popular tras la puesta en marcha del proceso de negociación por parte de la maltrecha entidad. La segunda, que no habría ayudas públicas en la operación. Esto último no es del todo cierto. Y es que fuentes financieras aseguran que la intención del ministro es que Bankia adquiera el Popular únicamente en caso de que las negociaciones de BBVA y Santander no lleguen a buen puerto.

Esto supondría un rescate encubierto y, de hecho, Guindos tiene en contra a parte de su Ministerio, ya que consideran que en plena integración con BMN y en medio de un proceso de privatización no es el mejor momento para llevar a cabo una operación de tal calibre.

Santander ya ha dado el primer paso para alcanzar la meta y ha contratado a Citi para que le asesore en su oferta por la entidad. Las deudas del Banco Popular obligarían a la entidad presidida por Ana Botín (y a cualquiera de los otros bancos) a acudir a una importante ampliación de capital que, según informa Expansión, las entidades que dirigen la operación han cifrado en unos 6.000 millones de euros.

BBVA, por su parte, es más cauta y quiere esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. La idea del banco que dirige Francisco González es acudir a la OPA después del verano tras las operaciones de saneamiento que el Popular tiene previsto acometer.

Y es que la propia entidad que Saracho quiere mantener a flote tiene pensado llevar a cabo una nueva ampliación de capital, por lo que se encuentra en plena búsqueda de inversores. Al mismo tiempo, el banco considera lógico abordar la venta de los activos considerados no estratégicos.

El Popular ha puesto el cartel de ‘se vende’ a prácticamente todos sus activos, aunque considera intocable el negocio de pymes, en el que tiene una cuota de mercado cercana al 18%. La entidad tampoco quiere desprenderse de la división de banca minorista, donde siempre ha sido fuerte. La idea de Saracho es ingresar hasta 2.500 millones de euros con la venta de estos activos no estratégicos.

El nuevo consejero delegado del Popular, Ignacio Sánchez-Asiaín, señaló a principios de mes que la intención de la entidad es analizar “uno a uno” los 40.000 activos que posee para evaluar su venta. El único objetivo de la entidad financiera es “restaurar la confianza”.