Economía

La gran mentira de Michael Kors y Gucci para contentar a los ecologistas

Gucci y Michael Kors han anunciado que dejarán de usar pieles de animales en sus diseños en 2018, un anuncio que ha sido ampliamente aplaudido por las organizaciones ecologistas. La patronal de Fabricantes de Marroquinería (Asefma) afirma que ha habido un “error de interpretación” y asegura que estas firmas lo que han declarado “es que no van a usar pieles recicladas, pero sí la piel natural” en sus productos.

Fernando Gutiérrez, secretario general de la Asociación Española de Fabricantes de Marroquinería (Asefma) y secretario general de Moda España explica a OKDIARIO que desde la patronal han peleado mucho para que firmas de moda como Michael Kors, dejen de anunciar sus productos “elaborados con piel, cuando se trata de una piel reciclada y de componentes no naturales”.

Tras el anuncio de Kors, siguiendo la senda de otras compañías como Gucci, de dejar de usar pieles animales en sus productos a partir de diciembre de 2018. Una decisión que ha sido muy celebrada por las organizaciones ecologistas y animalistas como PETA.

Anuncio de Gucci. (Foto. Gucci)

“Esta decisión marca un nuevo capítulo en nuestra compañía, que sigue evolucionando en el uso de materiales innovadores”, comentaba John Idol, CEO de Michael Kors. Una política, según el directivo, que también se aplicará en Jimmy Choo, la firma de lujo que Kors compró el pasado mes de julio por 1.000 millones de euros.

El secretario general de la patronal señala que algunas cadenas de moda y complementos como Kors anuncian “sus productos como piel, cuando en realidad se trata de piel reciclada con componentes no naturales”. Asegura, además, que desde Asefma han intentado “mentalizar a las marcas que no se confunda la piel natural con la piel reciclada que se hace con una especie de pasta mezclada con restos de piel. Ésta al final se quiebra porque con el roce se deteriora”.

16.000 empleos directos e indirectos

El desuso de la piel natural para los complementos de las compañías podría llegar a ser una preocupación para el sector de la marroquinería español, sobre todo teniendo en cuenta que crea alrededor de 16.000 empleos directos e indirectos en nuestro país, casi un 2% más que en 2015 según datos del “Anuario de la Marroquinería” de Asefma. Algo más del 82% de la mano de obra directa trabaja en empresas pequeñas que tienen una plantilla de entre 1 y 10 empleados.

En el 2016, últimos datos disponibles, se contabilizan 1.605 empresas en total, lo que supone un aumento del 0,37% con respecto al año 2015.

El sector ha mantenido el ritmo de crecimiento desde 2003, explican, cuando algunas de las compañías del sector del lujo regresaron a producir a España tras algunos años de deslocalización. “En esta nueva relocalización ha influido la reforma laboral y la disminución de los costes laborales”, explican. Pero no sólo eso, además influye «la alta calidad de la manufactura y el diseño a la altura de los requisitos de las marcas de prestigio».

Las exportaciones en 2016 alcanzaron los 916,9 millones de euros frente a los 890,1 millones de euros en 2015. Los principales compradores fueron Francia con casi 300 millones de euros, Italia con 78 millones de euros y Reino Unido con 51,9 millones de euros.

Ubrique concentra el 60% de la producción nacional

Un taller de marroquinería en Ubrique (Cádiz)

Gran parte de la producción de marroquinería en piel de las grandes firmas de lujo nacionales e internacionales se fabrican en Andalucía, más concretamente en Ubrique. La localidad gaditana concentra el 60% de la producción nacional y posee el sello de «Denominación de Origen Protegida” de la Unión Europea (UE) con un centenar de empresas funcionando.

Las primeras noticias que se tienen de la artesanía de la piel en esta zona gaditana en los documentos, en las fuentes, se remonta al año 1640 (S.XVII). Poco a poco la población se irá especializando en el saber hacer de este material siguiendo las técnicas de tradición musulmana de la marroquinería. Cuatro siglos después la industria de la piel es un puntal económico fundamental de Ubrique, con un khow how que no ha traspasado fronteras y que trabaja para las marcas más lujosas del mundo como Hermès, Loewe, Dior, Chanel o Carolina Herrera, entre otras.