El Gobierno y la UE sepultan a las pymes: el 50% de los emprendedores abandonan por la hiperregulación
Otras dificultades para las pymes son la falta de acceso a la financiación y la lenta adopción de los avances tecnológicos
Más del 50% de los emprendedores de pymes en España han abandonado su iniciativa empresarial en los dos primeros años en los que han empezado a montar su negocio.
El principal problema que se han encontrado las pymes y las startups españolas para llevar a cabo sus proyectos es la hiperregulación impuesta desde el Gobierno de Pedro Sánchez y por parte de la Unión Europea, que también conlleva un exceso de burocracia.
En concreto, la carga sobrerreguladora y la gran presión fiscal tienen ya un impacto cercano al 3,5% del PIB, mientras que la fragmentación normativa autonómica tiene otro impacto similar –del 3,5% del PIB–, y el coste global del exceso regulatorio y de la presión fiscal han reducido la capacidad económica de hogares y empresas en 230.000 millones.
Hiperregulación normativa para las pymes
Como consecuencia de esta hiperregulación, las normativas de obligado cumplimiento para las empresas españolas se han disparado más de un 1.000%, pasando de 14 normas en 2012 a las más de 180 del último ejercicio completo. Mientras que las normas sobre estándares de conducta empresarial han aumentado un 1.600% –con 13 en 2012, frente a más de 200 en 2022–.
Otras dificultades para las pymes españolas son la falta de acceso a la financiación y la lenta adopción de los avances tecnológicos por el pequeño tamaño y presupuesto de las organizaciones, según la consultora Enlace.
Asimismo, el ecosistema emprendedor español presenta unos retos estructurales persistentes. Si bien el número de startups activas ha superado las 5.000, un crecimiento de alrededor del 40%, menos del 20% de ellas ha logrado captar financiación en fases iniciales, lo que refleja la desconexión entre la oferta de ideas innovadoras y los instrumentos reales de inversión disponibles en el país.
Hay que recordar que España es uno de los países europeos con mayor cantidad de microempresas: más del 90% del tejido empresarial tiene menos de 10 empleados. Esta fragmentación limita la capacidad del ecosistema empresarial para adoptar soluciones innovadoras a escala y dificulta la colaboración entre startups y empresas consolidadas. Al mismo tiempo, el exceso de regulación en sectores clave genera entornos poco ágiles para emprender, lo que desincentiva la inversión privada en fases tempranas.
«El verdadero cuello de botella no es la falta de ideas, sino la falta de estructura para ejecutarlas en un entorno real», afirman Marc Ollé y Francesc Salas, socios fundadores de Enlace. «Hay una desconexión evidente entre los discursos públicos de apoyo al emprendimiento y la realidad operativa que vivimos a diario. La hiperregulación y la lentitud institucional son dos grandes enemigos del progreso. Por eso es clave que los proyectos empresariales disruptivos cuenten con apoyo desde su nacimiento y que sepan escuchar las necesidades de su sector de actividad antes de tomar decisiones importantes de difícil o costosa vuelta atrás», destacan.
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