El Gobierno se compromete ante las empresas a intentar frenar los intentos de OPAS extranjeras

Los mensajes apuntan más allá de la ley de opas que prepara el Gobierno de Sánchez e Iglesiad

Empresas Pedro Sánchez
El Gobierno se compromete ante las empresas a intentar frenar los intentos de OPAS extranjeras
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez es plenamente consciente de la situación de vulnerabilidad de las empresas españolas ante el deterioro de la economía y la caída de sus cotizaciones. Sabe que algunos de los gigantes nacionales se han situado en posición de ser opables por grandes compañías de otros países. Y se ha comprometido ante los principales directivos españoles a intentar parar el golpe.

El presidente del Gobierno y algunos de sus principales responsables económicos han mantenido en las últimas semanas conversaciones con responsables de un buen número de sociedades del IBEX-35 para asegurar que defenderán a las empresas que puedan recibir estos ataques procedentes de compañías extranjeras que deseen entrar en el mercado español por medio de la compra de los gigantes españoles.

Uno de los foros en los que se abordó este asunto fue el reciente encuentro de Pedro Sánchez con los grandes directivos de las IBEX españolas.
Muchos de los ejecutivos allí presentes alertaron de la llegada de noticias sobre opas en preparación. Opas en ciernes sobre las mayores empresas españolas y algunas de ellas procedentes del entorno europeo.

Pedro Sánchez recordó en ese foro su compromiso de evitar esos ataques por medio de la ley de opas que prepara. El problema es que esa norma se centra sólo en los ataques que reciban las empresas españolas desde compañías ubicadas fuera del ámbito comunitario.

Algunas de las últimas noticias de posibles desembarcos en las compañías españolas no apuntan a países ajenos a la UE, sino todo lo contrario. De hecho, la publicación por OKDIARIO del plan de Deutsche Telekom de analizar las posibilidades de hacerse con el control del gigante español Telefónica ha provocado ya la reacción de Vox. La respuesta del partido de Santiago Abascal ha sido contundente en defensa de las empresas españolas.

Víctor González, diputado y vicepresidente del partido, ha señalado en Twitter que «Pedro Sánchez debe oponerse. No existe precedente en ninguno de los grandes estados de la UE donde un operador extranjero se haya hecho con el control del operador predominante. Es más, países como Italia, Francia y la propia Alemania se defendieron».

El presidente de Vox, Santiago Abascal, se ha sumado a los mensajes y ha señalado que «España no puede permitir que una empresa como Telefónica acabe diluida en una compañía alemana. Demasiado dependemos ya de las decisiones de terceros países. Aquí, además, nos jugamos la soberanía de los datos, quizá uno de los conceptos más importantes de la próxima década».

Los mensajes apuntan más allá de la ley de opas que prepara el Gobierno de Sánchez e Iglesias. Y es que esa norma está pensada para el asalto de compañías chinas o americanas. No frente a los intentos de compañías como las alemanas o francesas.

Las reacciones surgen a raíz de la publicación por este diario de los planes de la alemana de analizar una posible compra de Telefónica. Y es que Deutsche Telekom está analizando las opciones para adquirir la operadora española Telefónica, según aseguran fuentes conocedoras de la situación a este diario. La crisis española y la crisis bursátil empiezan a agitar el apetito extranjero por las empresas españolas. Y en especial por las más atractivas. La operadora alemana, en esa línea, ha empezado a analizar las posibilidades de hacerse con el control de una de las mayores empresas del Ibex: Telefónica.

Análisis de oportunidades

Se trata de un análisis de oportunidades para hacerse con el gigante español de las telecomunicaciones. Simplemente de un primer análisis de la conveniencia y posible oportunidad de hacer una gran y sonora entrada en el mercado español por parte de la operadora alemana.

Pero supone el primer paso en la línea de un buen número de operaciones que pueden llegar en los próximos meses, a la vista de que el mercado español se ha abaratado fruto de la grave recesión que atraviesa la economía nacional en pleno coronavirus. Un momento que ha sido interpretado como una oportunidad para algunos de los grandes competidores de los gigantes españoles.

Es cierto que el Gobierno de Pedro Sánchez parece haber tomado nota de la advertencia de los grandes directivos de empresas españolas para evitar que el fuerte golpe recibido por el coronavirus y la pésima gestión del Ejecutivo socialcomunista suponga la apertura de una barra libre en la que los gigantes competidores puedan hacerse con el control de las grandes compañías españolas. Pero también es verdad que las iniciativas lanzadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deberán tener cuidado en caso de querer parar los pies a empresas comunitarias y, en especial, a las alemanas.

La debilidad de la economía española, arrodillada ante el inicio de los rescates de la UE, la deja en una posición un tanto desmejorada frente a los deseos de empresas procedentes del país con mayor influencia en la aceptación o no de los planes de ayuda a España.

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