El Gobierno se lleva su primer palo económico: Navantia pierde un contrato de 22.500 millones
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El mayor contrato de una empresa pública en el extranjero
La empresa pública española Navantia ha perdido el millonario contrato para la construcción de nueve fragatas para Flota de la Marina Real Australiana. El Gobierno australiano ha optado por declinar la oferta inicialmente favorita y se decanta por la británica BAE Systems, en una decisión que, según fuentes próximas a la operación, Canberra ha basado en dos cuestiones: el Brexit y el interés geopolítico.
Una decisión que supone la pérdida del SEA 5000, el que iba a ser el gran proyecto con el que Navantia (elaborado a caballo entre las ciudades de Melbourne y Adelaida) se resituaría en el concierto económico internacional. Más de 22.500 millones de euros. Y que llega tras dos aplazamientos. Primero se iba a conocer en mayo. Después, en la tercera semana de junio, el Consejo de Ministros australiano posponía su elección. Es ahora cuando el contratista militar británico se ha adjudicado un contrato para fabricar nueve fragatas antisubmarino frente a sus dos rivales: la española Navantia y la italiana Fincatieri.
Los nuevos buques, denominados ‘Hunter’, se construirán en los astilleros de Adelaida y permitirán la creación de unos 4.000 empleos en este país. Como parte del acuerdo, BAE Systems (que tiene una filial australiana) se hará cargo del astillero local ASC Shipbuilding, actualmente en manos del Estado.
Las fragatas españolas son barcos «probados y contrastados», pero ha pesado más la política
La oferta de Navantia (empresa mayoritariamente participada por la SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) era la favorita. Por su menor riesgo y de mayor certidumbre de costes. El diseño ofertado por Navantia estaba basado en uno muy similar a los destructores que ya realizó para la Royal Australian Navy (RAN). Ese diseño ganó, pero luego la fabricación corrió a cargo de BAE y ASC. En este caso de las fragatas, la compañía española iba a hacerse cargo de ambas tareas: diseñar y fabricar.
El objetivo del contrato era construir fragatas especializadas en la lucha antisubmarina. Y los ingleses, según las fuentes consultadas por OKDIARIO, ofrecen con sus motores eléctricos incorporados (más silenciosos) una «cierta ventaja». Pero «en ningún caso con un diseño y una terminación mejores que los de Navantia, que son barcos probados y contrastados», al contrario que los británicos, con muchos más riesgos y que está dispuesta a asumir el propio Gobierno de Theresa May.
Brexit y claves políticas
Australia ha aprobado destinar 50.000 millones de dólares para construir 12 submarinos con una empresa francesa como beneficiaria y podría haber sido una opción a considerar sobre España; también podría haberse concedido la fabricación de las fragatas a Alemania, que posee una tecnología puntera. ¿Por qué entonces a Reino Unido, pese a que el proyecto español sea más seguro y efectivo? La elección responde a una doble cuestión política y geoestratégica.
La británica BAE Systems «se ha movido bien», reconocen los espacialistas. Tiene entre 2.000 y 3.000 empleados en Australia, Navantia apenas 200. Y eso ha pesado en la decisión del Ejecutivo australiano. Pero en su resolución ha pesado la posición de Gran Bretaña con el Brexit. Su salida de la Unión Europea reduce su mercado en el viejo continente, y le obliga a buscar otros, para lo que va a redoblar esfuerzos.
El Brexit, el factor ‘colonial’, y la protección de la Royal Navy ante la creciente amenaza de China, decisivos
» A Gran Bretaña le interesa tener aliados para desarrollar proyectos tecnológicos e industriales de gran magnitud como este tipo de contratos que ahora va a tener más difícil cerrar en Europa», aseguran expertos militares. A ello se une que «contratar con una potencia militar como la británica, que cuenta con una flota potente, es otro atractivo para una Australia con vecinos asiáticos como China y que le fuerzan a jugar la baza de la protección», explican.
Otra razón a considerar es el «factor colonial»: Australia sigue perteneciendo a la Commonwealth y tiene todavía un gobernador británico: aún reconoce el poder de la ‘Union Jack’. Es una monarquía constitucional, en la que el Jefe del Estado es la Reina Isabel II: «Y esa relación que mantienen «de colonia» les va a permitir abrir la puerta a empresas australianas y fortalecer lazos comerciales», señalan.
BAE Systems es una multinacional que vendió su división aeronáutica a Airbus y se quedó con la parte naval. Tiene presencia en Estados Unidos y en la propia Australia, donde su filial tiene una gran tradición. Ahora, y tras la decisión de Canberra con la española Navantia como gran perjudicada, ya hay fecha para que la entente británico-autraliana se embarque en el «cutting steel» (corte de metal, como se denomina el inicio de la fabricación de los buques). Será dentro de dos años, pero sin la colaboración de España.
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