Economía
La patronal rechaza la presencia del Gobierno en la firma del acuerdo

Garamendi ante la CEOE: «las subidas salariales son razonables y hemos limitado la cláusula de revisión»

El comité ejecutivo de la patronal CEOE ha aprobado esta mañana el acuerdo salarial firmado con los sindicatos para los próximos tres años. Su presidente, Antonio Garamendi, ha defendido los términos del pacto asegurando que «las subidas salariales son razonables y hemos conseguido limitar al máximo la cláusula de revisión en el caso de que haya desviaciones del índice de precios de consumo sobre los aumentos de sueldos acordados, de manera que cualquier incremento adicional no será superior al 1%». El acuerdo fija una subida de salarios del 4% para este año, y del 3% tanto para 2024 como para 2025. Se trata en todo caso de una recomendación general, que no es de obligado cumplimiento, pero que tendrá una gran repercusión en la negociación colectiva entre empresarios y sindicatos, en la que están afectados al menos diez millones de trabajadores.

En el acuerdo no se incluye lo sucedido en 2022 y no tiene efectos sobre lo que ocurrió el año pasado, que fue calamitoso para la inflación, cuando el IPC medio alcanzó el 8,4%, el de diciembre se situó en el 5,7% y el índice subyacente se situó en diciembre en el 7%. Por eso el acuerdo no contempla del pago de atraso alguno y remarca que su aplicación se adaptará a cada sector o empresa, en función del crecimiento, de sus resultados y de -lo que es importante, según ha valorado Garamendi-la incidencia sobre las compañías del incremento del Salario Mínimo Interprofesional. Finalmente, el acuerdo ha sido aprobado por unanimidad en el comité ejecutivo a pesar de las reticencias de algunos de sus miembros sobre la cláusula de revisión, que han sido disipadas por el presidente al insistir en que está muy limitada y que las garantías son máximas.

Los miembros de la directiva han valorado que las subidas salariales están muy alejadas de los postulados sostenidos hasta ahora por los sindicatos, alentados por la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, y que en esta ocasión se ha ganado claramente la partida, sobre todo teniendo en cuenta que gran parte de las empresas más importantes han suscrito con sus trabajadores incrementos muy superior a los ahora contemplados con carácter general aunque siempre indicativo.

La propuesta que los sindicatos presentaron a CEOE y Cepyme incluía subidas salariales iniciales del 5% para 2022, del 4,5% para 2023 y del 3,75% para 2024, con la inclusión de una cláusula de revisión salarial mixta que atendiera tanto al mantenimiento del poder de compra de los salarios como a la situación económica de las empresas, medida por la evolución de su margen de beneficios. De esta forma, los sindicatos reformularon su propuesta inicial introduciendo nuevos criterios sobre la cláusula de revisión, pidiendo que no se ligara sólo a la evolución de los precios, sino también a la marcha económica de las empresas.

Los representantes empresariales también se han mostrado muy favorables a que la firma del acuerdo se haga sin la presencia del Gobierno, ni del presidente Sánchez ni de la también ministra de Trabajo Díaz, no sólo porque estamos en pleno periodo electoral, sino porque la campaña del Ejecutivo contra los empresarios está siendo brutal con acusaciones contínuas sobre su presunta codicia, sus altos beneficios y su escasa voluntad de negociación. Todos ellos piensan que la firma de un acuerdo tan relativamente favorable desmiente dichos ataques y afea el acoso inmisericorde a los empresarios.

El sábado pasado, OKDIARIO informó de que, ante la reunión de hoy, algunos miembros de la Junta Directiva de CEOE mostraban su rechazo a cualquier clase de indiciación de los salarios con el IPC. «Esto significaría un paso atrás y una vuelta indeseable al pasado». Según estás fuentes, tanto los empresarios como los sindicatos deben correr solidariamente con los riesgos que entraña la actividad económica, y si por las razones que sea la inflación se dispara, esto acarrea costes tanto para las compañías como para los trabajadores, que no pueden ocupar una posición favorable en contra de las sociedades en este terreno.

Por otra parte, todas las instituciones internacionales y domésticas han desaconsejado la puesta en marcha de cláusulas de revisión salarial. Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de España se oponen porque podría provocar una espiral de precios y de salarios que sería completamente perjudicial para el control de la inflación, con la consecuencia de que obligaría a subir los tipos de interés aún más, a endurecer las condiciones de financiación de la economía y a elevar el coste de, por ejemplo, las cuotas hipotecarias que tanto impacto tienen sobre los recursos de las familias que han adquirido a crédito una vivienda.