Economía
TRANSPORTE AÉREO

Eurocontrol cree que el sector aéreo no se recuperará hasta 2025 y alerta de un nuevo caos este verano

Además de las cancelaciones, los viajeros europeos sufrieron retrasos en uno de cada dos vuelos

El tráfico en su área sube el 48,3% en un año, aunque con 1,8 millones de vuelos menos, sigue el 16,7% por debajo de 2019

Aena volverá a los ingresos prepandemia mientras adjudica el nuevo supercontrato comercial de ‘duty free’

La recuperación del tráfico aéreo a niveles previos a la pandemia es una realidad que organismos como Eurocontrol retrasan a 2025 por culpa de la guerra en Ucrania y la crisis energética desatada tras ella. Aunque no será una recuperación tranquila. El caos en los aeropuertos que sufrieron los viajeros europeos en 2022 tiene todos los visos de repetirse este próximo verano, y los siguientes, debido a la confluencia de fallos de las propias infraestructuras, problemas de las compañías aéreas y falta de capacidad de control del tráfico aéreo.

El organismo que dirige el español Raúl Medina advierte: «2023 será otro año desafiante para la aviación europea y requerirá un esfuerzo masivo de todas las partes interesadas para evitar una repetición de la situación del verano de 2022, cuando casi uno de cada dos vuelos fue impuntual y numerosas cancelaciones dejaron a pasajeros frustrados varados en los aeropuertos». Y vuelve a reclamar el desarrollo del cielo único europeo iniciado hace 20 años.

Eurocontrol acaba de publicar y enviar a consulta del sector la versión preliminar del último Performance Review Report (Informe de Revisión del Desempeño). Se trata de una revisión independiente de cómo funcionaron los servicios de navegación aérea en 2022. Tras recibir las observaciones y comentarios de Estados, centros de control, aerolíneas… el organismo europeo encargado de realizar el control del tráfico aéreo elevará sus conclusiones y recomendaciones hacia mayo o junio próximos.

Tal como recoge en su análisis, a medida que el tráfico aéreo ha recuperado ritmo tras el parón de 2019 (China ha abierto sus cielos este mismo año), «se hizo evidente que los proveedores de varios servicios no estaban preparados para escalar operaciones al nivel requerido para acomodar la creciente demanda». El organismo que dirige desde enero el director general de Aviación Civil: «La falta de preparación resultó en un nivel inaceptablemente alto de retrasos de pasajeros y cancelaciones de vuelos por falta de disponibilidad de personal para prestar el servicio, a pesar de que el tráfico era aún inferior a los niveles de 2019».

La actividad en la zona de influencia de Eurocontrol llegó en 2022 a los 9,2 millones de vuelos, casi el 50% más que en 2021; aunque aún le queda por recuperar otro 17% (1,8 millones de vuelos) para llegar a los niveles del excelente año que fue 2019. La recuperación de las vacaciones en Europa hizo que los estados del Sur hayan mostrado una mejor recuperación.

Retrasos extremos en Gatwick y Lisboa

La mala puntualidad de 2022 se debió, según el informe, a «carencias a varios niveles»: los aeropuertos, los propios sistemas de control de tráfico y las compañías aéreas. De hecho, un componente significativo de los retrasos es la insuficiente capacidad de control aéreo del conjunto de Eurocontrol, dado que no todos los países miembros (41 en total) han implementado aún «la capacidad suficiente para manejar la demanda».

En el caso de los aeropuertos, el informe detecta «retrasos extremos en la llegada» aunque «en períodos particulares asociados a la dotación de personal de control aéreo» en Gatwick (Londres) y Lisboa.

El organismo señala también que pese a haber menos tráfico, el retraso promedio por salida fue de 17,6 minutos en 2022, «con un pico de más de 25 minutos en junio y julio»; lo que supone que el servicio ha empeorado el 33% respecto a la puntualidad conseguida en 2019. Además, el 71% de todos los retrasos previos a la salida de los aviones del aeropuerto son causados por problemas de las aerolíneas o los relacionados con las llamadas ‘reacciones’; aquellos que se originan por el retraso en la llegada del avión o por la espera de carga de otro vuelo ya sean tripulantes, pasajeros, carga o equipaje.

El verano pasado fue histórico por los malos datos de puntualidad. En julio, el 52% de los vuelos partió con un retraso de hasta 15 minutos sobre la hora prevista.

Aún peor: «Las perspectivas para 2023 y más allá prometen grandes retrasos para los usuarios del espacio aéreo y la público viajero», destaca el informe. El aumento de la demanda y las nuevas programaciones de las aerolíneas hacen prever un aumento del tráfico de entre el 7 y el 15% durante el próximo verano. «Ante este incremento -señala Eurocontrol- existe una responsabilidad de toda la industria de la aviación de garantizar la capacidad suficiente para acomodar las operaciones programadas y evitar una inaceptable actuación similar a la del verano» pasado.

Eso lleva al presidente de la Comisión de Evaluación del Rendimiento de Eurocontrol, el neerlandés Marinus de Jong, a advertir al sector: «Sin duda, 2023 también será un año desafiante para la aviación europea. Requerirá un esfuerzo masivo de todas las partes interesadas para evitar que se repita la situación inaceptable del verano de 2022, cuando se retrasó casi uno de cada dos vuelos y numerosas cancelaciones dejaron a pasajeros frustrados varados en los aeropuertos».

En España, el gestor nacional de la navegación aérea, Enaire, acaba de anunciar su plan especial para el verano que incluye medidas técnicas de reestructuración del espacio aéreo y de refuerzo de las plantillas de controladores, técnicos y de servicio, así́ como la consolidación de herramientas de control de afluencia (ATFM). En el ámbito del personal eso supone que la entidad dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana contará con 80 controladores aéreos más que en agosto de 2019, año récord de tráfico aéreo.