Economía
opinión

Nueva revolución americana: de Harris a Vance

Es indudable que los resultados de las elecciones celebradas en los Estados Unidos la semana pasada han supuesto una gran sorpresa para muchos analistas y periodistas europeos por la clara derrota de la candidatura demócrata en una campaña donde ha primado una vez más, the economy, stupid que le dio la victoria en 1992 a Clinton sobre Bush.

Con una inflación alta que ha hecho perder poder adquisitivo a las clases medias y trabajadoras, una vivienda cara y grandes desigualdades, Trump ha obtenido 892.575 votos más que hace 4 años y Harris 9.462.295 votos menos que Biden en una campaña centrada en la identidad y la raza.

La realidad es que la diferencia entre votantes demócratas y republicanos ha variado en más de 10 millones de votos en 4 años, en unas elecciones donde han ejercido el derecho al voto más de 147 millones de ciudadanos. Unas elecciones muy polarizadas, marcadas por las promesas republicanas de afrontar con eficacia y rapidez, complejas y costosas deportaciones masivas de inmigrantes ilegales, poner en marcha una batería de medidas comerciales que impliquen una gran subida de aranceles a las empresas chinas para blindar los puestos de trabajo de los americanos, reducir el gasto en defensa de apoyo a los europeos y recuperar el orgullo de ser americanos.

Una de las novedades de la noche electoral, es la elección como futuro vicepresidente de los Estados Unidos de James David Vance. Un mediático abogado, empresario, financiero, escritor y senador desde 2023, nacido en Ohio hace 40 años, que lo hace junto con Nixon y Breckinridge uno de los vicepresidentes más jóvenes. La infancia de este padre de tres hijos estuvo marcada por la pobreza, hijo de madre drogadicta, divorciada en dos ocasiones, criado por sus abuelos maternos de los que adopto el apellido Vance.

Ex cabo del cuerpo de los Marines, participó en 2005 en la guerra de Irak como reportero militar. Tras esta experiencia, estudió en la Universidad estatal de Ohio, donde se Licenció en 2009 en ciencia política y filosofía para cursar con una Beca, casi completa, en la Facultad de Derecho de Yale, un postgrado y terminar cursando un Doctorado en Derecho en 2013.
Trabajó en el equipo del senador republicano Cornyn, también asistente legal del Juez Bunning desde donde se incorporó a un despacho de abogados, terminando en San Francisco como especialista en capital riesgo entre los años 2016 y 2017.

El futuro de Estados Unidos

Una vez conocidas algunas breves pinceladas de su vida, vayamos a comentar algunas reflexiones sobre su pensamiento. Para comprender su forma de pensar y los valores que sin duda marcaran la nueva revolución política y social que viene, hay que detenerse en la obra que J.D. Vance publica en 2016. Son algo más que unas memorias, dado que contiene también las preocupaciones y hechos que han configurado el pensamiento del futuro vicepresidente de la nación más poderosa del planeta. Fue de los libros más vendidos en 2016 y 2017 y además llevada con éxito en 2020 a las pantallas vía Netflix.

J. D. Vance y su mujer Usha Vance. (Foto: EP).

Bajo el título elegia campesina repasa la vida de una familia en crisis en el llamado cinturón de óxido, la gran región que ha vivido el declive de su potente industria desde 1980, experimentando una gran pérdida de población, decadencia económica y urbana. Alla por 1997 participé invitado por la embajada de los Estados Unidos, como observador de las elecciones que dieron a Clinton su segunda mayoría y estuve en varios mítines en la zona de Columbus en Ohio, de la que ya entonces decíamos que estaba como cientos de otras ciudades, in the middle of nowhere. Los mensajes sobre la necesaria reindustrialización y la reducción de la inmigración ya entonces eran una pieza clave de los republicanos. Ahora, tres décadas más tarde, además, se han sumado otras promesas que nos afectan como europeos. La primera la defensa y en paralelo la lucha por terminar de liberar a los ucranianos de la ocupación ilegal rusa.

En febrero del año 2024, el senador J.D. Vance publicaba una tribuna en Financial Times donde hablaba, a su juicio, de la excesiva protección militar que se habían prestado desde los Estados Unidos a los países prósperos de Europa desde el fin de la Guerra Fría tras la caída del muro de Berlín cuyo 35 aniversario estamos celebrando esta misma semana.

La pregunta que se hacía en la columna era ¿están los países europeos preparados para defenderse, ellos mismos o defender a sus aliados? Señalaba el gran recorte en los presupuestos europeos de defensa desde los años 90, en torno a 8,6 trillones de dólares, confiando primordialmente en el generoso amigo americano, cuyo presupuesto de defensa anual, un trillón de dólares, supone un gran esfuerzo para el contribuyente americano.

Además, llamaba la atención sobre el peligro de contar con una industria de la defensa fragmentada, tanto en los Estados Unidos como en Europa, incapaz de tener las necesarias cantidades disponibles del armamento pesado más avanzado si se compara con la industria de armamento ruso por ejemplo en la producción de proyectiles donde los rusos ya producen el doble de unidades. También hablaba de la baja disponibilidad de cuerpos de ejército de intervención rápida para desplegar una brigada en una zona de guerra, poniendo el ejemplo de la baja capacidad de despliegue del ejército alemán, pese a su importante gasto en defensa.

Terminando con la afirmación de que Alemania, que tendrá de nuevo elecciones en febrero próximo, es la más importante economía de Europa, pero depende de la energía y de la seguridad de terceros, lo que sin duda la ha hecho muy vulnerable desde el punto de vista de la geoeconomía. A la vista de la tribuna, parece altamente probable que, en el conflicto militar con Rusia, Ucrania va a perder a uno de sus principales apoyos en el suministro de armamento y ayudas a partir de febrero.

Con respecto a la globalización, el comercio internacional y los conflictos comerciales prolongados, en una conferencia sobre la crisis de las civilizaciones en el Intercollegiate Studies Institute (ISI)en 2021, Vance daba interesantes pautas sobre el sueño americano hoy. En sus palabras, este no consistía en tener títulos académicos por prestigiosas universidades, ni escribir bestsellers, tener riqueza y poder, si no consistía en ser capaces de vivir una buena vida en tu propio país.

Una definición sencilla que todos pueden entender, el objetivo es ser un buen marido y padre siendo capaz de vivir los propios sueños, teniendo para ello verdaderas oportunidades de progreso para poner en marcha un negocio o dar a nuestros descendientes lo que nosotros no tuvimos.
Para ello, afirmaba Vance, es fundamental tener unos salarios razonables y suficientes para la clase trabajadora y la clase media, y esto no es posible con una política de inmigración que permita la rebaja de esos salarios.

Señalaba de una forma categórica, que no deseaba que debido a la equivocada política industrial y manufacturera de los Estados Unidos, China construyese su nueva clase media sobre las espaldas de la clase trabajadora y de la clase media americana que cada día pierde más oportunidades de trabajo porque desaparecen empresas industriales y manufactureras. La política de altos aranceles con China está servida, pero también afectará a los europeos, sin duda sobre todo a las importaciones procedentes de Alemania, Italia e Irlanda. Ese arancel del 10 % general prometido, afectará al crecimiento europeo, restando un 1,5 % a nuestro PIB, más de 260.000 millones de euros. En este escenario, es previsible que el BCE recortará tipos de una forma más agresiva.

Finalmente, terminar con una referencia de J.D. Vance al orgullo nacional y patriota de todo lo que ha hecho Estados Unidos en su reciente historia por el mundo para construir un mejor futuro. Parte fundamental en la que va a pivotar la lucha republicana contra la guerra cultural de la cancelación, el buenismo y el wokismo de los últimos cuatro años que ha provocado una disgregación de la sociedad.

Frente a ello volveremos a ver el resurgimiento de gestas americanas como el desembarco en las playas de Normandía luchando contra los nazis, el primer pie puesto en la luna, la derrota de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín.

Una nueva revolución americana, un giro de 180 grados, de Harris a Vance, en lo económico y en lo social, está ya en marcha y el vicepresidente Vance va a ser un abanderado visible y activo de este gran cambio que muchos afirman podría ser perjudicial para los intereses económicos tradicionales de Europa, aunque sin duda abrirá numerosas oportunidades para aquellos que se adapten a este nuevo entorno geoeconómico.

Europa magis sui iuris ese debet

José Luis Moreno, economista ha sido director de Economía en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de Madrid. Analista económico y empresarial.