RED DE HIDRÓGENO

Enagás espera obtener más fondos europeos para los 5.000 millones que invertirá tras la compra de Reganosa

La operación incluye un proyecto de 300 millones y eleva a categoría de 'país' la propuesta española de hidroductos

La compañía que dirige Arturo Gonzalo cede el 25% de la planta gijonesa de El Musel a cambio de los gasoductos

Enagás compra la red de gasoductos de Reganosa por 54 millones y el 25% de la planta de El Musel

Enagás Reganosa
Emilio Bruquetas, director general de Reganosa -izquierda- y Arturo Gonzalo, CEO de Enagás.

La gestora de la infraestructura gasista española, Enagás, ha dado un salto cualitativo en términos de dimensión europea con la compra de la red gallega de Reganosa. La compañía que dirige Arturo Gonzalo ha adquirido, por 54 millones de euros, los dos gasoductos del grupo que dirige Emilio Bruquetas, con 130 kilómetros de longitud. Como ‘contrapartida’, Enagás le vende, por 95 millones, el 25% de la regasificadora de El Musel; lo que, además de dejar un saldo positivo de 412 millones de euros en la caja de Enagás, despeja definitivamente la puesta en servicios de la planta gijonesa.

La compra incluye también un proyecto clave para la futura red europea de hidroductos. Un área clave, ya que España espera situarse como referente continental en el futuro mercado de hidrógeno con el que la Unión Europea (UE) quiere alcanzar su autonomía energética a partir de 2030. En ese proyecto, Enagás, con Arturo Gonzalo al frente, ha presentado ya dos proyectos de red troncal de hidrógeno ante Bruselas que incluyen inversiones por 4.700 millones de euros.

La compra de la red de Reganosa aporta un proyecto próximo a los 300 millones de inversión, pero sobre todo, mejora su posición estratégica para conseguir que lleguen más fondos europeos a España gracias a que el hidroducto proyectado por la compañía gallega entre las localidades de Guitiriz (Lugo) y Zamora, eleva la propuesta de Enagás de proyecto de empresa a la categoría de propuesta de país. Algo que en los pasillos de la Unión pesa y mucho.

Según el comunicado oficial de la operación, Reganosa cede su posición como promotor del hidroducto Guitiriz-Zamora, que está entre las iniciativas que optan a obtener financiación de la UE. De modo que, si se suma este hidroducto gallego a las dos redes troncales diseñadas -y presentadas- por Enagás para ser considerados lo que en la jerga comunitaria conocen como Project of Common Interest (PCI), las ayudas totales se calcularán sobre 5.000 millones de euros de inversión.

La gran operadora española (TSO en el argot del sector) se ha comprometido a impulsar el hidroducto gallego hasta conectarlo con Portugal; algo que asegura la integración de la producción de hidrógeno renovable en la zona con los futuros corredores de hidrógeno en la Península.

El objetivo acordado por ambas compañías es que en 2030 entre en funcionamiento esa infraestructura. Según la compañía que dirige Arturo Gonzalo, el acuerdo «favorece la creación de un gran hub energético en el noroeste peninsular que refuerza, a su vez, el papel de España como hub del hidrógeno renovable de Europa».

Enagás no oculta repetir en el mercado del hidrógeno el liderazgo que mantiene, como en el de gas, y convertirse en un operador de red de hidrógeno clave para situarse como el gestor del sistema de interconexión ibérica y de aprovisionamiento a Europa a través de Francia e Italia, hasta Alemania, el conocido como BarMar (Barcelona-Marsella). Un proyecto que Francia desbloqueará al conseguir que la infraestructura -prevista y financiada por la UE para transportar hidrógeno verde- lleve también el hidrógeno que produzca con energía procedente de sus centrales nucleares, conocido como ‘hidrógeno rosa’.

Entrada en El Musel y paz

En la misma operación, Enagás le vende a Reganosa el 25% de El Musel, la planta regasificadora de Gijón, por 95 millones. Eso supone valorar la infraestructura asturiana en 380 millones de euros. Una tasación ajustada, sobre todo, a su valor estratégico, habida cuenta de que la instalación tiene capacidad para almacenar 300.000 m3 de gas natural licuado (GNL) y unas instalaciones de atraque y descarga diseñados para los mayores buques metaneros que se utilizan actualmente en todo el mundo.

Aunque el valor añadido del acuerdo alcanzado va más allá de lo suscrito ya que la incorporación de Reganosa al accionariado cierra uno de los peores frentes económico-jurídico-administrativos con los que se ha enfrentado la planta gijonesa desde su construcción y que la han llevado a estar ‘hibernada’, sin funcionar, durante cerca de diez años.

Esta situación cambió a mediados de febrero cuando al Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) emitió un dictamen en el que aprobaba el «régimen económico singular de carácter temporal para la planta de El Musel». La nueva normativa se ha elaborado «para la prestación, en régimen de acceso no regulado de los servicios logísticos de descarga, almacenamiento y carga de GNL en buques y de acceso regulado, para la utilización de las instalaciones estrictamente necesarias para la correcta gestión técnica de la planta y para los cargaderos de cisternas».

Según los cálculos de la propia CNMC se prevé una retribución de 25,3 millones de euros en el primer año de funcionamiento por los servicios regulados. La cantidad alcanzará los 24,2 millones en el segundo año para llegar, en el tercer ejercicio en funcionamiento, a los 22,9 millones.

El marco de ingresos, señala el organismo, es inferior a los 25,7 millones que ha recibido Enagás en concepto de costes financieros, de operación  mantenimiento mientras la planta ha estado hibernada. Una retribución aprobada, añadía la CNMC, que «mejora la situación actual porque se inicia la amortización de la inversión realizada y se posibilita el uso de la instalación».

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