Díaz no acaba con la temporalidad: el 20% de los contratos firmados este verano duró menos de 7 días
El objetivo de la reforma laboral de Yolanda Díaz era acabar con la temporalidad. Sin embargo, tras varios meses de su entrada en vigor, los datos de empleo muestran que no lo ha conseguido. Durante los meses de verano, el 20% de los nuevos contratos firmados ha tenido una duración de menos de una semana, por lo que la temporalidad continúa enquistada en el mercado de trabajo.
En el mes de junio se firmaron 1,7 millones de contratos, de los cuales 358.397 tenía una duración inferior a los 7 días. Algo similar ocurrió en el mes de julio, cuando se firmaron 301.038 contratos que no alcanzaron la semana de duración de un total de 1,65 millones. De esta forma, los contratos de una semana suponen un 20% del total de los registrados en los meses de verano, según los detalles de la estadística de contratos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Otro de los estragos que está causando la reforma laboral es el uso de contratos fijos como temporales: en los últimos tres meses 108.000 personas firmaron más de un contrato indefinido, lo que supone que las empresas se ven obligadas a utilizar contratos fijos para actividades temporales, lo que conlleva que se use la firma de indefinidos de manera recurrente, encadenando contrataciones y despidos.
Una cifra que se ha ido incrementando conforme a las necesidades del mercado de trabajo: en el mes de mayo, 37.000 personas firmaron más de un contrato indefinido, cifra que ascendió a 41.000 en el mes de junio por el inicio de la campaña estival y los refuerzos necesarios para la campaña turística. Ahora, en el mes de julio, más de 30.000 personas han encadenado contratos indefinidos, lo que hace que en los últimos meses más de 108.000 hayan firmado más de un contrato de estas características, según Randstad Reseach.
Firmar un contrato indefinido y tener un trabajo estable ya no son sinónimos, como se desprende de los datos del paro de julio. El desempleo registrado ha aumentado en un 0,11 % con respecto a junio, con 3.230 personas más en las listas del SEPE. Mientras tanto, se han firmado 1.655.515 contratos, de los cuales 685.992 son indefinidos. Más de un tercio de ellos, para fijos discontinuos: 10 veces más de los que se firmaron en el mismo mes de 2021.
Más de un millón de personas han firmado un contrato fijo discontinuo desde abril, fecha en la que empezó la obligatoriedad para las empresas de hacer estos contratos a los anteriores temporales, y están ya fuera de las cifras del paro. En julio otros casi 250.000 contratos son fijos discontinuos, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo, lo que eleva a más de un millón el ‘maquillaje’ de las cifras de empleo del Gobierno puesto que estos ocupados no aparecen en las cifras de paro cuando dejan de trabajar -anteriormente, como temporales, sí aparecían-. Unas cifras que, pese a este cambio de nombre de los ocupados, son las peores en un mes de julio desde que hay registros.
En julio, tradicional buen mes para el empleo por la temporada de turismo, el número de parados aumentó en 3.230 personas, mientras que los afiliados a la Seguridad Social se redujeron en 7.366 ciudadanos -con especial caída de los autónomos-. Son cifras desconocidas para este mes del año que en términos desestacionalizados implicarían una pérdida de 50.000 empleos, según los cálculos de BBVA Research. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, ha admitido que la coyuntura económica «empieza a notarse» en el empleo.
De acuerdo con los datos del SEPE, en julio se han firmado otros 241.590 contratos fijos discontinuos, la modalidad que obliga el Gobierno desde abril fruto de su contrarreforma laboral, casi un 900% más que en el mismo mes de 2021. Se trata de un 35% de todos los contratos indefinidos firmados este mes de ebullición del turismo.
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