Los despidos durante el periodo de prueba se disparan un 152% al primer año de la reforma laboral de Díaz
Menos contratos a jornada completa, dominio de los contratos fijos discontinuos, y aumento de los despidos durante el periodo de prueba para los indefinidos. Es la otra cara de las cifras de empleo tras un año de la reforma laboral aprobada por el Gobierno, que obliga a las empresas a hacer fijos discontinuos en lugar de temporales.
Esa obligación ha reducido la temporalidad en el empleo, como destaca siempre la ministra Yolanda Díaz, pero hay otra cara: las empresas salvan esa temporalidad haciendo contratos indefinidos pero despidiendo al trabajador antes de cumplir el periodo de prueba. Es una forma de cumplir con la norma y no comprometer la situación financiera del negocio.
De acuerdo con un informe del Gabinete de Estudios de USO, en marzo de este año este tipo de despidos se ha disparado un 152% sobre el mismo mes de 2022, cuando ya estaba en vigor la reforma laboral y cumplía el plazo extra dado a las empresas para convertir en indefinidos a los temporales.
Estos datos demuestran que el empleo no es tan estable como dice el Gobierno, según José Luis Fernández, director del citado Gabinete de Estudios. En su opinión, el empleo se está repartiendo entre más gente y tener un contrato indefinido ya no es sinónimo de estabilidad ni de llegar a fin de mes.
Para el Gobierno este dato no tiene importancia. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, preguntado en alguna ocasión por el incremento de los despidos durante el periodo de prueba ha señalado que se trata de cifras insignificantes.
56% de fijos discontinuos
Otro de los aspectos destacados del primer año de la reforma es que el 56% de los nuevos afiliados a la Seguridad Social tienen un contrato fijo discontinuo, más de 325.000. Este tipo de trabajadores no aparece en las listas del paro cuando no están trabajando, por lo que las listas del paro no reflejan realmente la cifra de parados, como ha señalado la AIReF recientemente.
En definitiva, crece la contratación pero sobre todo se trata de fijos discontinuos y temporales, no trabajadores indefinidos a jornada completa, los verdaderamente estables. Los temporales de abril de 2022 a abril de 2023 han crecido en un 21%, y los fijos discontinuos, en un 54%. Los indefinidos a tiempo completo crecen en un 13%.
Estos datos alimentan la tesis de Fernández: hay más ciudadanos trabajando, pero el trabajo está más repartido y tener un empleo indefinido ya no es sinónimo de llegar a fin de mes.