Economía
GUERRA COMERCIAL

Crisis del automóvil: fracasan las negociaciones con China y los aranceles de Bruselas siguen adelante

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

La crisis del automóvil continua tras fracasar las negociaciones de Bruselas con China por la imposición de aranceles al vehículo eléctrico. Así, la guerra comercial entre ambos bloques se estanca sin que se haya podido llegar a un acuerdo. El motivo de la exigencia del abono arancelario es necesario, según Europa, para compensar los subsidios ilegales de Pekín a sus productores. Sin embargo, el gigante asiático ha respondido a estas acusaciones con otras similares hacia el sector porcino y lácteo europeo.

Así, la reunión entre el vicepresidente económico del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, llevada a cabo este jueves en Bruselas ha finalizado sin éxito y sin poder extinguir la crisis del automóvil.

«Las dos partes acordamos intensificar los esfuerzos para encontrar una solución efectiva, aplicable y compatible con la OMC (Organización Mundial del Comercio) en el caso de los coches eléctricos», ha dicho Dombrovskis en un breve comunicado difundido en redes sociales.

El negociador comunitario ha dejado claro en su declaración que la voluntad de alcanzar un acuerdo se produce «sin perjuicio de la investigación de la Unión Europea y sus plazos».

Crisis del automóvil

Desde principios de julio, Bruselas ha impuesto tarifas de hasta el 38,1% a los automóviles eléctricos de batería importados desde China, como medida provisional de defensa comercial.

Este arancel se suma al 10% ya aplicado a las importaciones de vehículos en la Unión Europea. La medida podría convertirse en permanente si no se forma una mayoría suficiente de países miembros que la bloqueen en una votación futura.

Para ello, una mayoría cualificada de Estados miembro (15 países que representen al menos el 65% de la población de la UE) tendría que votar en contra. Aunque la reunión técnica para decidir sobre esta cuestión estaba prevista para la próxima semana.

Por tanto, la guerra comercial entre Bruselas y China tiene su origen a mediados de este 2024. Y es que, según el Ejecutivo del gigante asiático, la UE ha introducido 31 restricciones comerciales y de inversión contra China, incluidas 25 medidas comerciales correctivas, además de iniciar una investigación sobre el Reglamento de Subvenciones Extranjeras (FSR) y una investigación sobre el Instrumento de Adquisiciones Internacionales (IPI) contra China, que interfirieron gravemente con la cooperación económica y comercial entre China y la UE.

Por su parte, el Gobierno del gigante asiático, a petición de las asociaciones de ganaderos del país, ha comenzado a estudiar un posible veto al sector porcino.

Bandera de China, bajo lupa.

Los ganaderos chinos denuncian posibles prácticas de dumping o competencia desleal. La investigación de Pekín «normalmente debería finalizar antes del 17 de junio de 2025», aunque podrá ampliarse 6 meses en circunstancias especiales.

Otro de los sectores que se está viendo afectado por la guerra comercial es el lechero. En un comunicado oficial, el Ministerio de Comercio del país ha detallado que su reciente decisión está motivada por una solicitud presentada a finales de julio por la Asociación Láctea de China y la Asociación de la Industria Láctea de China. Estas organizaciones expresaron preocupaciones sobre las subvenciones otorgadas a los productos lácteos en la Unión Europea.

En respuesta a esta solicitud, el Ministerio de Comercio de China lanzó una invitación de consulta al Gobierno de la UE el pasado 7 de agosto, para abordar los asuntos relacionados con esta investigación antisubvenciones. Posteriormente, se llevaron a cabo consultas entre las autoridades chinas y de la UE el 14 de agosto para discutir los detalles pertinentes de la investigación en curso.

China ya había advertido que «tomará las medidas necesarias para salvaguardar firmemente los derechos e intereses legítimos» de su país tras los aranceles que Bruselas impuso sobre sus coches eléctricos.

En concreto, los aranceles impuestos por Europa van desde el 17,4% al fabricante BYD, hasta el 38,1% a SAIC, pasando por un 20% para Geely. En el último año, China vendió 10.000 millones de euros en coches en la Unión Europea, duplicando su cuota de mercado hasta el 8%.