Economía
Hasta 47,1 puntos

La contracción de la actividad económica en la eurozona suma cuatro meses a la baja

La actividad de la zona euro se contrajo en octubre por cuarto mes consecutivo, una desaceleración que se ha intensificado al inicio del cuarto trimestre del año y que se produce al ritmo «más rápido» desde abril de 2013, exceptuando el periodo de confinamientos por la pandemia de covid-19.

El indicador Flash PMI de S&P Global, de la que forma parte IHS Markit, se situó en octubre en 47,1 puntos, un punto por debajo del registrado en septiembre (48,1 puntos) y el mínimo de los últimos 23 meses, por debajo de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción.

El economista jefe de S&P Global, Chris Williamson, insiste en que «parece probable que la economía de la zona euro se contraiga en el cuarto trimestre» teniendo en cuenta la «creciente disminución de la actividad total» y «el deterioro de la demanda observado en octubre», por lo que a su juicio «la recesión cada vez parece más inevitable».

El sector que más decreció fue el manufacturero, que ya encadena cinco meses a la baja y, además, a un ritmo no observado desde julio de 2012, y el sector servicios disminuyó por tercer mes consecutivo y se contrajo en una magnitud no observada desde mayo de 2013 (salvo durante los confinamientos por la pandemia).

Las caídas más severas se observaron en los subsectores de sustancias químicas y plásticos y de recursos básicos, lo que refleja su alta dependencia de las energías, mientras que el crecimiento estuvo limitado a las firmas tecnológicas, de servicios industriales, y farmacéuticas y de biotecnología.

En la zona euro, el mayor declive se registró un mes más en Alemania, donde el sector manufacturero y el de servicios registraron «tasas de contracción pronunciadas y aceleradas», al tiempo que Francia vio paralizada su actividad total, con una modesta expansión de la actividad del sector servicios que contrarrestó un marcado declive en el sector manufacturero, recoge la agencia Efe.

Respecto a los nuevos pedidos de productos y servicios, en octubre se redujeron por cuarto mes consecutivo y la tasa de disminución se aceleró a un ritmo no observado desde diciembre de 2012 (si no se consideran los meses de confinamientos), lo que apunta a una creciente disminución de la demanda.

Frente a esta situación y para mantener los niveles de actividad, las empresas han seguido procesando los pedidos pendientes, que «se redujeron por cuarto mes consecutivo» y especialmente en el sector manufacturero.

El empleo repuntó ligeramente en octubre, aunque ha sido el tercero más bajo observado en el último año y medio, lo que refleja un recorte de empleo en algunas firmas y una mayor reticencia a la contratación, generada por la incertidumbre en torno a las perspectivas.

Las expectativas de actividad comercial para los próximos doce meses siguen siendo débiles, situándose en el segundo nivel más bajo desde los primeros confinamientos por la pandemia, una confianza «especialmente baja en el sector manufacturero y en particular en Alemania».

Según los datos de S&P Global, a pesar de que la mejora de los problemas de suministro de materias primas contribuyó a paliar algunas presiones inflacionistas, los crecientes costes de las energías y las presiones alcistas de los sueldos hicieron que la tasa de inflación de los costes en general se mantuviera sumamente elevada.

Chris Williamson considera que «el creciente costo de vida sigue siendo el responsable predominante de la desaceleración económica», aunque también la crisis energética de la región es «una fuente importante de preocupación y un lastre para la actividad empresarial, especialmente en los sectores que hacen un uso intensivo de las energías».