El consumo salva a Alemania de la recesión técnica y a EEUU de una desaceleración más intensa
De acuerdo con los resultados presentados por los Estados Unidos y la tasa de crecimiento para el tercer trimestre, la economía norteamericana ha sorteado a los analistas, los cuales preveían un menor crecimiento para el tercer trimestre del año, concretamente del 1,9%, encontrándose finalmente con un 2,1%. Un 2,1% que, pese a caer 8 décimas en contraste con el mismo trimestre del año pasado, deja un mejor sabor de boca sobre la economía norteamericana, la cual preveía rebasar ese límite del 2% que tanto temía el presidente de los Estados Unidos, así como el líder de la Reserva Federal (FED).
Si entramos en detalle y observamos las distintas variables que componen el crecimiento, el consumo repuntó un 2,9%, un avance que aunque ha decrecido respecto a los meses anteriores, sigue manteniendo impulso, estimulando y dinamizando el PIB del país. Los expertos prevén que esta tendencia siga en el final de año, sobre todo gracias a las ventas que se producirán en Navidad.
Resulta muy curioso como el estímulo que está presentando el consumo ha salvado, al igual que ha ocurrido en Estados Unidos, a otras economías en el mundo de entrar en esa temida recesión técnica a la que todos los países, y dirigentes públicos, temen.
De acuerdo con los últimos registros europeos, a Alemania le ha ocurrido algo similar a Estados Unidos. El país germano presentaba hace unos días su tasa de crecimiento para el tercer trimestre, la cual dejaba a Alemania fuera de la recesión técnica al crecer un 0,1%. Aun siendo un crecimiento muy limitado, el consumo ha tenido un efecto de contención que ha salvado la situación en el penúltimo mes del año.
Pese a la débil situación que atraviesa la economía germana, el aumento que ha vivido el gasto en hogares, así como el gasto público, ha tenido un efecto directo en el PIB.
Esto también nos lleva a pensar la situación de España donde la situación política, así como el escenario que se avecina, ha provocado un efecto en la sociedad de miedo y mucha cautela. Esto ha llevado a hundir los índices de confianza, provocando un incremento de la tasa de ahorro de los hogares.
El consumo, al menos en España, y en especial el de servicios, tiene un gran peso en nuestro PIB. De acuerdo con los últimos indicadores muestra un mayor enfriamiento. A su vez, el sector del comercio en España representa cerca del 13% del PIB del país, lo que, ante una abrupta caída en el consumo podría incidir de forma directa en un mayor estancamiento de la actividad y, por lo tanto, en el empleo.
Por esta razón, pese a la cautela que debemos mostrar por la situación que vive España, no está justificado que los españoles dejen de consumir para tratar de levantar la economía.
España precisa de consumo para vivir. Aunque no es bueno que un país crezca únicamente por la variable del consumo, en una situación como la actual, donde la economía se estanca y los crecimiento se enfrían gradualmente, debemos atender a un consumo responsable, pero sin la paralización del mismo; pues nuestra dependencia con este, podría llevarnos a una situación más agravada de la que vivimos en estos momentos.
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