Ciencia
Paleontología

Los paleontólogos no salen de su asombro: un monstruoso reptil marino de 12 metros también cazaba en los ríos

  • Betania Vidal
  • Redactora y analista de contenidos SEO especialista en bienestar, psicología, traducción, creación de sitios web y liderazgo de proyectos online.

Durante décadas, los mosasaurios han sido el ejemplo perfecto de depredador marino prehistórico. Gigantes, rápidos y con mandíbulas temibles, se les ha imaginado siempre patrullando océanos abiertos, pero un hallazgo reciente cuestiona esa imagen tan clara.

Un solo diente fósil, encontrado lejos de la costa y en lo que fue un antiguo río, sugiere que algunos de estos reptiles no se limitaron al mar. Al menos una especie pudo internarse en aguas dulces y cazar allí como lo hacen hoy los cocodrilos de agua salada.

El descubrimiento forma parte de un estudio publicado en la revista BMC Zoology y liderado por investigadores de la Universidad de Uppsala. A partir de ese pequeño fósil, los científicos han reconstruido una historia más compleja sobre cómo vivían estos gigantes poco antes de su extinción.

Un diente de reptil marino que no encaja donde debería

El fósil apareció en la formación Hell Creek, en Dakota del Norte, una zona famosa por sus restos de dinosaurios terrestres. Allí se han encontrado dientes de Tyrannosaurus rex, huesos de Edmontosaurus y mandíbulas de cocodrilos. Lo que nadie esperaba era un diente de mosasaurio.

Se trata de un ejemplar de hace unos 66 millones de años que pertenece al grupo Prognathodontini, mosasaurios robustos que podían alcanzar los 12 metros de longitud. La identificación se basó en la textura y la forma del esmalte, muy similares a la de otros dientes conocidos de este linaje.

Lo más llamativo no es solo el lugar, sino su estado. El diente no muestra signos de haber sido arrastrado por corrientes marinas. Todo apunta a que el animal vivió y murió en ese entorno fluvial, no a que el diente llegara allí por accidente.

El análisis químico del esmalte reforzó la sospecha. Las proporciones de oxígeno y estroncio encajan con un entorno de agua dulce, lo que indica que el mosasaurio pasó parte de su vida lejos del mar y se alimentó de presas propias de ríos o estuarios.

Qué cambia el hallazgo sobre lo que sabíamos de este antiguo reptil marino

Este diente obliga a revisar varias ideas asumidas sobre los mosasaurios y su forma de vida. Hasta ahora se consideraban depredadores estrictamente marinos, adaptados solo a aguas saladas.

El hallazgo sugiere que algunos pudieron comportarse como depredadores oportunistas, capaces de moverse entre distintos ambientes según la disponibilidad de alimento.

También refuerza la idea de que el Mar Interior Occidental, que dividía América del Norte en dos, fue cambiando con el tiempo. La entrada progresiva de agua dulce redujo la salinidad y creó zonas de transición donde estos reptiles podían internarse.

Los análisis apuntan a la existencia de una haloclina, una capa de agua dulce sobre otra más salada. Los mosasaurios, que respiraban aire, habrían permanecido en esa capa superior, cazando sin necesidad de volver al mar abierto.

Además, el estudio abre la posibilidad de pensar que ríos enormes podían sostener grandes depredadores, aunque los científicos creen que los ejemplares jóvenes tendrían más facilidad para aprovechar estos entornos.

El diente no solo amplía el mapa de dónde vivían los mosasaurios, sino que muestra hasta qué punto eran animales adaptables en un mundo que estaba cambiando rápidamente poco antes del final del Cretácico.