Economía
Banca

El consejo de Unicaja pacta la salida elegante de Menéndez para recuperar la estabilidad y la cotización

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La situación insostenible a la que había llegado Unicaja Banco por la presión del bloque malagueño, con caídas artificiales de su beneficio, la inestabilidad constante de su gobernanza y el daño consiguiente a su cotización en Bolsa han llevado a un pacto entre los dos bandos del consejo. Este acuerdo consiste en una salida elegante del consejero delegado, Manuel Menéndez(procedente de Liberbank), que seguirá en el cargo hasta que se nombre un sustituto. El actual presidente, Manuel Azuaga, perderá sus poderes en julio pero seguirá como presidente no ejecutivo hasta 2025.

Los acuerdos de fusión entre Unicaja y Liberbank contemplaban la pérdida de poderes de Azuaga (procedente de la entidad andaluza) y la reevaluación de Menéndez antes de asumir todas las funciones ejecutivas. El bloque malagueño inició el año pasado una rebelión para impedirlo, que empezó por forzar la salida del histórico Braulio Medel de la Fundación Unicaja (principal accionista del banco con un 30%) y el nombramiento de consejeros afines a Azuaga.

En este ataque contra Menéndez llegó a extremos de que Isidro Rubiales, mano derecha de Azuaga y responsable de la contabilidad del banco, redujo artificialmente los resultados de los dos últimos trimestres a base de dotar provisiones innecesarias. Esta maniobra provocó fuertes caídas en Bolsa y pretendía empañar la gestión de Menéndez de cara al mercado.

El movimiento culminó en la junta de accionistas del 30 de marzo, cuando el bloque malagueño (la Fundación más MayoralTomás Olivo) impidió el nombramiento de dos consejeros independientes propuestos por Liberbank. Eso, unido a la dimisión de otros miembros del consejo por su desacuerdo con la situación ha dejado al órgano de gobierno con cuatro sillas vacantes. Asimismo, el BCE exigía poner fin cuanto antes a la guerra interna.

Esta sucesión de acontecimientos había provocado una situación insostenible en la entidad. El bando malagueño pretendía una destitución fulminante de Menéndez -sin necesidad de reevaluarle-, pero eso habría provocado un vacío de poder que habría generado más inestabilidad todavía. Por eso, los fondos presentes en el capital (Norges Bank y Oceanwood) y otros accionistas como el propio Mayoral han aceptado la salida de Menéndez a cambio de que se mantenga en su cargo hasta que se nombre un sucesor. El candidato de Azuaga es el citado Rubiales, aunque tiene que pasar el filtro (fit and proper) del BCE.

Recuperar la estabilidad

«El objetivo es recuperar la estabilidad del banco. Que no se sigan dando malos resultados y que la acción deje de caer en Bolsa, porque al final estos accionistas están perdiendo dinero. Y que Unicaja deje de estar a diario en algunos medios de comunicación con constantes ataques a Menéndez», explica una fuente conocedora de la situación.

Estas fuentes consideran que, al final, el BCE transigirá con el nombramiento de Rubiales y con la continuidad de Azuaga hasta 2025, a la que se oponía inicialmente, con tal de que Unicaja vuelva a la normalidad y deje de ser un foco de problemas constantes. Máxime cuando no se han apagado del todos los fuegos de la reciente crisis financiera y la entidad malagueña podía ser objeto de fugas de depósitos si continuaba la situación.