Economía
CONSTRUCCIÓN

El consejo de Ferrovial consigue que sea matemáticamente imposible impedir su cambio de sede

Solo el 5,2% vota en contra, aunque solo el 1,06% del capital podrá acogerse al derecho de separación

El hermano del presidente, Leopoldo del Pino, se convierte en el árbitro de la nueva estrategia al no vender su 4,154%

La oposición de Leopoldo del Pino pone en riesgo el proyecto de llevar Ferrovial a Países Bajos

A falta de cumplir los plazos legales establecidos y el calendario de acción diseñado por el consejo de Ferrovial, Rafael del Pino ha salido de la junta general con la garantía de que su proyecto de convertir a la constructora que fundó su padre en la primera empresa española que cotiza directamente en Wall Street es, matemáticamente, imposible de parar. La clave del éxito queda en la familia ya que, Leopoldo del Pino y Calvo Sotelo, hermano del presidente (Rafael del Pino) y de una de las consejeras (María del Pino) pese a votar en contra de la fusión, no venderá su participación del 4,154%. Eso hace imposible que los accionistas que pueden ejercer su derecho de separación a 26,0075 euros por título -como prevé el proyecto de fusión- quedan en poco más del 1,06% del accionariado.

La principal condición suspensiva del proyecto se refiere a una inversión máxima de 500 millones en la recompra de las participaciones a aquellos accionistas que ejerzan el derecho de separación. Ese importe máximo equivale al 2,57% del capital social de la compañía. Y ahí entran las matemáticas… y las condiciones del acuerdo.

Para poder ejercer el derecho de separación el accionista deberá haber estado presente en la junta y haber votado en contra del proyecto. Según el recuento de acciones y votos de la junta realizado por un equipo del Banco Santander, el quórum alcanzado en la junta de ayer fue del 77,6% entre accionistas presentes y representados.

De ellos, el 93,3% ha dado su visto bueno a la operación. Eso supone que el 72,4% del capital social de la compañía apoya la marcha a Países Bajos.

En contra del proyecto votó apenas el 6,7% de los presentes; lo que representa en realidad el 5,2% del total del accionariado de Ferrovial. La cifra, sin embargo, puede ser engañosa ya que incluye el 4,125% de la participación de Leopoldo del Pino. Dado que el hermano del presidente ya anunció su intención de no vender sus participación, apenas queda el 1,06% del capital cuyas acciones podrían ser recompradas por la empresa.

Por tanto, a día de hoy, apenas la mitad del límite establecido en la cláusula suspensiva del proyecto de fusión registrado en la CNMV sería susceptible de considerarse preocupante para la consecución del objetivo final de cotizar en Wall Street.

Respaldo inversor

Pero que los accionistas disconformes acudan a la ‘ventanilla’ de Ferrovial a vender sus títulos se antoja difícil también. En un día redondo para los muñidores del proyecto de fusión que llevará la sede del grupo a Ámsterdam, la Bolsa se ha aliado con sus intereses.

En el mercado, los inversores tomaron con entusiasmo la operación hasta llevar la cotización en Bolsa de la constructora a registrar una revalorización del 092% que colocó la cotización de Ferrovial en los 27,38 euros. Eso supone que quien quiera salir de la empresa vía derecho de separación perderá más de 1,2 euros por cada título.

La negociación rondó los 27,7 millones de euros tras intercambiarse más de un millón de acciones (la mitad a última hora) en una buena jornada para el sector cuyo índice ganaba el 0,5%.

El grupo presidido por Rafael del Pino fue el tercer valor entre las constructoras que más se revalorizaba, tras OHLA, que subía el 2,36% y FCC, que sumaba el 1,45%. Mientras, ACS se apreciaba el 0,8% y Sacyr el 0,61%. En el lado contrario, Acciona cerró en negativo con una bajada del 0,5% mientras San José perdía el 1,4%.