Cómo afrontar la publicidad en cada una de los ciclos de vida de un producto
La publicidad se puede ajustar a cada momento del ciclo de vida del producto
Todo producto pasa por distintas fases durante el tiempo que se encuentra en el mercado.
– Introducción: es, probablemente, la más compleja. La empresa debe de entrar en un nuevo mercado en el cual operan empresas que ya están consolidadas. Por lo tanto, se tendrá que ofrecer algún tipo de diferenciación para captar parte del público de las competidoras.
– Crecimiento: una vez la empresa es conocida y el producto ha satisfecho las expectativas de los primeros clientes, se consigue un crecimiento del público gracias al boca a boca u otras estrategias.
– Madurez: las ventas no crecen y el mercado se ve incapaz de incrementar su tamaño. A medida que pasa el tiempo, se corre el riesgo que el margen de beneficio se reduzca-
– Decrecimiento: la aparición de innovaciones u otros competidores capaces de presentar un producto con una relación calidad-precio más atractiva provocan un descenso de las ventas. Ante la posibilidad de soportar pérdidas, la empresa se encuentra ante un dilema: reformular el producto o eliminarlo.
¿Cómo afrontar la publicidad en cada caso?
De acuerdo con la fase del ciclo de vida que se encuentra el producto, la forma de darse a conocer ante el público objetivo es distinta:
– Introducción: se precisa darse a conocer en un mercado donde aún no se tiene presencia. En caso de ser una empresa reconocida en otros ámbitos o que ya ha introducido otros productos en el mercado, hay que aprovechar esta imagen de marca para generar confianza entre el público y aprovechar este conocimiento. Si es una entrada de una nueva empresa, los esfuerzos deben centrarse de forma específica en el público acotado en el estudio de mercado y realizar publicidad intensiva de los atributos diferenciadores.
– Crecimiento: en este caso, se trata de mantener el recuerdo de la empresa en el cliente mediante una publicidad más selectiva. Es posible reducir la intensidad respecto el periodo anterior, ya que existe un público consolidado que, además, actúa como prescriptor.
– Madurez: en un contexto en el cual nuevas empresas optan por conseguir el mismo público, hay que reforzar la imagen de marca y poner en relieve la experiencia en el mercado y la satisfacción que se ha conseguido en el consumidor.
– Decrecimiento: si se retira el producto, evidentemente, no hace falta ningún tipo de publicidad. En cambio, si se opta por una redefinición de la marca, una nueva imagen o incorporar un nuevo atributo, es preferible volver a realizar una publicidad intensiva equivalente a la realizada durante la fase de introducción para relanzar el producto.
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