Economía
¡Es el mercado, amigo!

La CNMV vuelve a hacer el ridículo con Grifols

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores no desaprovecha ni una ocasión para hacer el ridículo. La CNMV, la policía de la Bolsa, ha vuelto a hacerlo esta semana a cuenta de Grifols: ha abierto expediente a Gotham City, la firma bajista que ha hundido la cotización de la fabricante de hemoderivados con sus informes, por manipular el mercado y a la propia Grifols… por las prácticas contables denunciadas por Gotham. Tiene bemoles.

Es decir, hay unas irregularidades contables que pueden ser constitutivas de infracción muy grave de la Ley del Mercado de Valores (e incluso delito, añado), lo que justifica abrir expediente a la empresa. Pero también se lo abre a la firma que las ha desvelado; y es que, si Gotham no hubiera hecho esos informes, la CNMV jamás se habría enterado de lo que pasa en Grifols. Porque estas prácticas vienen de antiguo y el organismo jamás había dicho esta boca es mía al respecto.

¿En qué se basa el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, para expedientar a Gotham, y no una, sino dos veces? El primer expediente, por falta muy grave, se fundamenta en un artículo de un reglamento europeo que dice que «ninguna persona manipulará o intentará manipular el mercado», así, sin más (art. 15 del Reglamento sobre el Abuso de Mercado, de 596/2014).

Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV.

Esa misma norma especifica en otro artículo qué se entiende por manipular el mercado. El apartado al que se acoge la CNMV se refiere a «ejecutar una operación, dar una orden de negociación o cualquier otra actividad o conducta que afecte o pueda afectar, mediante mecanismos ficticios o cualquier otra forma de engaño o artificio, al precio de uno o varios instrumentos financieros».

¡La CNMV se basa en informes engañosos!

Parece bastante difícil de sostener esto en el caso de Gotham. Lo sería si sus informes mintieran o se los hubiera inventado, pero es que ¡la propia CNMV reconoce de facto que son ciertos con la apertura del expediente a Grifols! ¡Si incluso el organismo revisó su contabilidad en marzo a raíz de los informes! Otra cosa es que no sean totalmente exactos -cosa que reconoce la propia Gotham porque no tiene toda la información-. Pero en ningún caso la CNMV puede decir que son ficticios o engañosos… si ella ha actuado precisamente a raíz de los mismos.

El segundo expediente, en este caso por falta leve, tampoco tiene un pase. En este caso, el artículo aplicado del mismo reglamento dice que «las personas que elaboren o difundan recomendaciones de inversión o información de otro tipo en la que se recomiende o sugiera una estrategia de inversión actuarán con la diligencia debida para garantizar que la información se presenta de manera objetiva y para comunicar sus intereses particulares o indicar los conflictos de intereses relativos a los instrumentos financieros a los que se refiere dicha información».

Daniel Yu, presidente de Gotham City Research.

No tiene un pase porque Gotham casca al principio de sus informes un disclaimer de una página en el que deja claro que no es un asesor registrado y, por tanto, no está supervisado por la CNMV ni por ningún otros regulador de mercados de otro país, y, por tanto también, no puede emitir recomendaciones de inversión. Es decir, no recomienda hacer nada con las acciones de Grifols y emite el informe «con fines informativos». Asimismo, deja claro que tiene un conflicto de interés porque tiene posiciones bajistas en Grifols y espera beneficiarse de la caída del valor en Bolsa.

Otra cosa es que hubiera una obligación de comunicar a la CNMV esas deficiencias contables antes de hacerlas pública, pero no la hay. Y ojo, que el riesgo que corre Gotham con esos expedientes no es moco de pavo: por la primera infracción, la muy grave, se le puede imponer una multa por la mayor de estas cantidades: el quíntuplo del beneficio bruto obtenido gracias a sus informes, el 5% de sus recursos propios, el 5% de los fondos invertidos en Grifols o el 10% de su volumen de negocio anual. Y con un mínimo de 5 millones.

La renovación de Buenaventura

Si no hay por dónde coger estos expedientes cuando a la vez le abre otro a Grifols por sus irregularidades (que básicamente consisten en beneficiar a la familia fundadora a costa del resto de accionistas), ¿por qué los abre la CNMV? «A Buenaventura le vence el mandato en diciembre, y no está claro si el Gobierno se lo va a renovar o no. Así que no quiere meterse en jardines. El ejemplo es Grifols: le tenían que sacudir, pero, para suavizarlo, también se la dan a Gotham», explica una fuente cercana a la institución.

La renovación de la CNMV es mucho menos mediática que la del Banco de España (sobre todo sí ahí nombran a un ministro), pero muy relevante para la credibilidad de España antes los inversores. Buenaventura es un buen técnico que ha evitado el conflicto con el Gobierno todo lo posible, aunque ha habido un caso en que no le quedó más remedio: el de Talgo.

Ahí se vio forzado a decir lo que era una obviedad: que si Skoda quería comprar Talgo con una OPA encima de la mesa, tenía que lanzar una contraopa en la que mejorase el precio, y no una fusión como pretendía el Gobierno. Ahora, con el veto del Ejecutivo a la OPA húngara, cuyos motivos siguen siendo desconocidos, no hay ningún obstáculo para la fusión con la checa… más allá de que tienen que aprobarla los accionistas de Talgo que se han quedado sin OPA, claro.

En todo caso, a buen seguro que el Gobierno de Pedro Sánchez ha tomado nota de estas declaraciones de Buenaventura. Lo cual explica que no quiera más líos a la espera de que aquello se enfríe de aquí a diciembre. Al final es lo de siempre: los sillones.