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Claudia Arbulu: «Dirigir una galería de arte es un reto empresarial»

Hija de padres peruanos, nacida en París, con raíces francesas e italianas y un toque español. Claudia Arbulu ha vivido en muchos sitios, pero el arte siempre le ha acompañado hasta llevarla a crear y dirigir su propia galería de arte online, Claudia Arbulu Gallery.

Los bodegones de su madre y el olor de los tubos de pintura despertaron en ella su amor por lo que hoy además de ser su pasión, es su trabajo. “Claudia Arbulu Gallery está en mi cabeza y en mi corazón desde hace muchos años, pero se inauguró en Madrid oficialmente en noviembre del año pasado. Siempre sentí que debía ayudar a los artistas a darle visibilidad a su obra y apoyar la creación y el trabajo arduo de nuevos artistas”, cuenta la fundadora a OKDIARIO.

Arbulu aparcó sus lienzos para convertirse en una auténtica cazatalentos de young collectors y acercar a los consumidores una nueva forma de consumir el arte. “Apoyar al artista emergente me llena de ilusión y me impulsa a seguir difundiendo el buen arte a precios justos y no abusivos”.

El arte, por Internet

Aunque el mercado del arte pueda pensarse como algo tradicional, los hábitos de consumo también han cambiado en este mundo infinito. Por ello, Claudia Arbulu Gallery es online: el arte también se compra por Internet, y no hablo de obras de bajo precio, recordemos grandes subastas que han batido récord de ventas mostrando las obras exclusivamente en la red. El trabajar online nos permite estar en muchos lugares a la vez, no tenemos fronteras, tenemos la web totalmente traducida al inglés y al chino”.

La aparición de las websites y galerías online ha impulsado el mercado del arte, llegando a todos los rincones del mundo sin moverse de casa. De hecho, las ventas a nivel mundial aumentaron en un 12% en 2017, superado los 51 millones de euros, según los datos que maneja. “Estar en la web es el “mejor escaparate a tiempo real”.

“Somos madres de nuestras metas”

Desembarcar en el mundo de los negocios no ha sido fácil para esta académica y artista. “La galería es también un reto empresarial y no ha sido fácil entrar en el mundo de la empresa. He intentado aprender y entender la filosofía de este sistema y no creo estar haciéndolo mal”.

De hecho, reconoce que ser mujer le ha servido de mucho porque “somos por naturaleza guerreras y consecuentes con nuestros sueños. Somos luchadoras y de ideales fijos. Nos volvemos madres de nuestras metas y las sacamos adelante de la mejor forma y sin pisar a nadie. En el mundo empresarial cada día hay más mujeres y en el sector de las galerías hay más mujeres que hombres, aunque ya se ven grandes galeristas hombres con una sensibilidad impresionante”.

Estar a los mandos de una galería no sólo es una responsabilidad, también un deber para Arbulu. “Creo que todos tenemos una misión en la vida y yo debo ser trabajadora, consecuente, transparente y muy humilde para que esta misión llegue y sirva a los demás de alguna forma, para que llegue a sus corazones”, afirma.

Precisamente, su aportación a nivel humano es una de las cosas que más le gusta de su trabajo. “Me ilusiona siempre ver a los artistas evolucionar en su proceso creativo y poder empezar a vivir de su obra. Me llena de energía ser parte del proceso de difusión y distribución de grandes obras de arte de artistas ya consolidados. He superado el miedo y la incertidumbre. He superado el qué dirán y la envidia. He superado mis propios demonios internos o más bien los he transformado en fuerza”, confiesa.

Su joya de La Corona es también su proyecto más difícil. “Hoy me quita el sueño, el hambre y me llena de ilusión y satisfacción. Este proyecto global de atender las necesidades del coleccionista más exigente y de generar nuevas colecciones, así como apoyar a la creación artística se ha convertido en mi proyecto más bonito y del cual estoy más orgullosa”.

Aún le quedan retos por cumplir, como crear una fundación para dar becas de estudio a artistas a nivel mundial. Dentro de veinte años no se ve de otra manera: seguirá motivando a los artistas a vivir el arte desde el corazón. Tal y como lo hace ella.