Economía
La 'startup' de la semana: Sepiia

Las camisas de Sepiia que no huelen ni se manchan llegan al armario de las mujeres

También lanzarán corbatas para hombres

La facturación para este año superará los 450.000 euros, según las estimaciones

Hace sólo dos años, Fede Sáinz de Robles puso en marcha su sueño: crear unas prendas más funcionales. La industria textil es la segunda más contaminante del planeta y para plantarle cara, este emprendedor creó en 2016 Sepiia: las camisas que no huelen, que no se manchan y que no necesitan ser planchadas. Ahora, en octubre de este año, llegan al armario de las mujeres con el lanzamiento de la colección femenina y amplían su colección masculina con la tirada de corbatas.

El objetivo: hacer un producto que requiera menos cuidado, sea más confortable y producido de manera sostenible. Para hacerlo realidad, Sepiia ha contado con el apoyo de Lanzadera, la aceleradora impulsada por Juan Roig. «A través del programa, conseguí la financiación para desarrollar el proyecto. Hicimos los primeros prototipos y desde agosto de 2016, las primeras ventas», cuenta su fundador Fede Sáinz.

El año pasado cerraron con una facturación de 120.000 euros y se quedaron sin stock en la campaña de Navidad. Este año, el objetivo es terminar el 2018 con una cifra de negocio que supere los 450.000 euros y no van nada mal encaminados.

Made in Spain y venta por Internet

El sello de las camisas y polos de Sepiia, hasta ahora sólo dirigidos a hombres, es 100% español. La producción es un proceso exhaustivo ya que dura cinco meses y cuenta con catorce proveedores diferentes para que estas prendas sean impermeables y transpirables. «El material es muy técnico. Es una microfibra de poliéster muy especial, tratado de una manera diferente para conseguir las propiedades que queremos. En Gerona hacen el hilo, en Ciudad Real, Toledo y Córdoba tenemos los talleres de confección, desde otro lugar ponen el antimanchas, el producto antibacteriano, etc».

El objetivo en un futuro próximo es ampliar la gama de productos, que hasta ahora sólo pueden adquirirse por Internet y de forma exclusiva en España. Pero, no son pocos los clientes y la mayoría repite: el 40% ha vuelto a comprar y el 10% de los usuarios ya ha adquirido un producto más de tres veces.

«Queremos ser un armario entero con la misma filosofía. El 100% está elaborado con el mismo material y eso significa que el 100% puede ser reciclado en el fin de su vida útil», cuenta su fundador.

Aunque haya días difíciles, Sáinz asegura que ha merecido la pena y tiene claro que volvería a repetir la experiencia. Pese a fundar la empresa solo, siempre ha estado acompañado por su familia, sus amigos, sus profesores y el equipo de Lanzadera. A día de hoy, ya son ocho empleados y cuentan con decenas de clientes. «Siempre sé que he ido contento a trabajar por la mañana y vuelvo a tarde cada casa contento. Sobre todo por todos los e-mails de los clientes que nos agradecen nuestro trabajo».