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CaixaBank pactó con el BCE en 2020 que Goirigolzarri sería temporal y se va antes del plan estratégico

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La dimisión de José Ignacio Goirigolzarri como presidente de CaixaBank anunciada ayer debía producirse tarde o temprano, puesto que estaba contemplada en los acuerdos de fusión de la entidad con Bankia que se pactaron con el Banco Central Europeo (BCE) en 2020, según fuentes conocedoras de los mismos. Estas fuentes añaden que Goirigolzarri ha elegido este momento porque no quiere implicarse en el nuevo plan estratégico que CaixaBank presentará el 19 de noviembre.

«Cuando se acordó la fusión, en realidad la compra de Bankia, Isidro Fainé [presidente de la Fundación La Caixa, primer accionista de CaixaBank] tuvo que aceptar mantener unos años a Goirigolzarri en la presidencia, pero siempre con la idea de que sería algo temporal. Además, le limitó mucho los poderes, aunque no llegó a hacerlo presidente no ejecutivo como quería el BCE. No obstante, en Frankfurt lo aceptaron precisamente por ese carácter transitorio», explica una de las fuentes.

En los acuerdos de fusión entre CaixaBank y Bankia, firmados en 2020, se estableció que Goirigolzarri mantendría, como funciones ejecutivas, comunicación, relaciones institucionales, auditoría interna y gestión de los órganos de gobierno (básicamente del Consejo), mientras que el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, asumiría el resto de poderes de gestión del banco.

Es más, la parte de comunicación y relaciones institucionales pasó a estar dentro del Comité de Dirección de CaixaBank, por lo que también depende del consejero delegado y no del presidente. «Es verdad que tenía muy pocos poderes pero estaba ahí, influía en las decisiones y no dejaba las manos libres a Gortázar», añade otra fuente.

Otra fuente compara la situación de Goirigolzarri en CaixaBank con la de José María Amusátegui o la de Ángel Corgóstegui. El primero era presidente del Banco Central Hispano cuando fue absorbido por el Santander y se mantuvo menos de cuatro años como copresidente junto a Emilio Botín, para posteriormente jubilarse y dejar al cántabro como único presidente. Corcóstegui, también procedente del BCH, fue consejero delegado del banco fusionado y corrió la misma suerte que Amusátegui.

Es decir, este tipo de mandatos transitorios son habituales en las fusiones bancarias, pero al final la entidad más grande (la ‘compradora’) impone a sus propios directivos en los niveles más altos. Y es lo que ha ocurrido ahora con Goirigolzarri en CaixaBank.

La explicación oficiosa de su salida (CaixaBank no ha hecho comentarios oficiales) es la presión del BCE para imponer su modelo de presidente no ejecutivo y consejero delegado con todos los poderes. De hecho, ya hizo una intentona en enero, como adelantó OKDIARIO, que entonces resistió la entidad. Pero esta vez no ha presentado batalla sino que ha preferido negociar ya la salida de Goirigolzarri como establecían los acuerdos de fusión.

Plan estratégico

El todavía presidente podía haber esperado a que se convocara la próxima junta general de accionistas en primavera para anunciar su salida, ya que su mandato inicial de cuatro años debía ser renovado entonces. Pero otras fuentes explican que «parece razonable que lo anuncie antes de que se presente el nuevo plan estratégico si él no lo va a ejecutar».

CaixaBank ha anunciado que presentará su nuevo plan 2025-2027 el próximo 19 de noviembre. Y Goirigolzarri no ha querido involucrarse en dicha presentación dado que no iba a tener ningún papel en su desarrollo. Por eso, ha preferido anunciar su renuncia en la última reunión del consejo de administración antes de esa fecha, el que se celebró ayer previo al anuncio de los resultados trimestrales de este jueves.