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Caixabank y ocho bancos europeos desafían a las CBDC y lanzan un ‘stablecoin’ referenciado al euro

El anuncio llega en plena efervescencia del debate sobre el euro digital, el proyecto del Banco Central Europeo

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

CaixaBank, de la mano de ocho bancos europeos, ha anunciado esta mañana lo que podría ser una revolución para las criptodivisas, en tanto que garantizan una estabilidad pero, a través de un nuevo ‘stablecoin’ referenciado al euro, también huyen del control que para muchos suponen las CBDC (divisas virtuales de los bancos centrales). La iniciativa se presenta como un hito en la autonomía financiera privada.

La nueva divisa estará anclada directamente al euro y busca convertirse en una herramienta práctica para pagos digitales cotidianos y operaciones internacionales. En un momento en el que los bancos centrales trabajan en monedas digitales con fuerte capacidad de supervisión y control, la banca privada reivindica su propio espacio con esta ‘stablecoin’, preservando la confianza en el sistema bancario y, al mismo tiempo, garantizando un activo digital estable, regulado y con respaldo real.

Una ‘stablecoin’ europea inédita

El proyecto no es una aventura aislada, sino un esfuerzo conjunto de nueve entidades financieras europeas que tratan de enfocarse en un mercado en el que, precisamente Europa, ha quedado estos años muy rezagada. Además de CaixaBank, en el lanzamiento de esta ‘stablecoin’ participan bancos de referencia en Alemania, Francia, Italia y los países nórdicos. En concreto, participan ING, Banca Sella, KBC, Danske Bank, DekaBank, UniCredit, SEB y Raiffeisen Bank International.

El objetivo común es reforzar la soberanía financiera del continente y asegurar que la innovación digital en pagos no quede monopolizada ni por los bancos centrales ni por gigantes tecnológicos extracomunitarios, particularmente estadounidenses.

La creación de una ‘stablecoin’ por parte de Caixabank y sus socios, respaldada por depósitos bancarios pretende ofrecer al mercado una alternativa segura, auditada y transparente, que a la vez mantenga el rol de la banca en la arquitectura financiera de la Unión Europea.

La iniciativa se apoya en la regulación MiCA (Markets in Crypto-Assets) de la Unión Europea, en vigor este mismo año y que establece un marco jurídico claro para los emisores de criptoactivos y ‘stablecoins’.

Impulso a los pagos digitales en Europa

La stablecoin podrá integrarse en aplicaciones móviles, pasarelas de pago y sistemas de banca online, acercando la tecnología blockchain al usuario medio sin necesidad de recurrir a criptomonedas más volátiles como bitcoin o ethereum. En este sentido, CaixaBank subraya que el producto será tan fácil de utilizar como una tarjeta o una transferencia convencional, pero con las ventajas de un activo digital estable y trazable.

La respuesta privada al euro digital

El anuncio llega en plena efervescencia del debate sobre el euro digital, el proyecto del Banco Central Europeo (BCE) para lanzar su propia moneda digital de banco central. Aunque el BCE asegura que su objetivo es reforzar la confianza en el euro en la era digital, no son pocos los expertos que advierten de los riesgos de concentración de poder y de supervisión excesiva sobre los ciudadanos.

Este movimiento de CaixaBank y sus socios europeos se interpreta como un contrapeso necesario por parte del mercado, y supone una alternativa impulsada desde la iniciativa privada que, al estar regulada y respaldada por depósitos, mantiene las garantías del sistema bancario tradicional sin dar lugar a un control centralizado de todas las transacciones.

Más allá de los pagos, la nueva stablecoin puede abrir la puerta a usos avanzados en el ámbito de los contratos inteligentes, la tokenización de activos y la financiación descentralizada.