Economía
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Bruselas vuelve a poner la proa a Iberia-Air Europa: el mapa aéreo europeo y TAP están en juego

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Esta semana, Bruselas ha dado un toque muy claro a IAG a través de su medio de cabecera, el Financial Times: «Esta es la segunda vez que se intenta la fusión con Air Europa y no se ve bien. No nos gustó la primera. Va a ser peor esta vez». Detrás de esta amenaza se esconden las presiones del resto de grandes aerolíneas del continente, que están embarcadas en una guerra que va a definir el mapa aéreo europeo de la próxima década.

Fuentes conocedoras de la situación aseguran que Air France-KLM y Lufthansa son las aerolíneas que han puesto el grito en el cielo, nunca mejor dicho, para frenar el segundo intento de fusión de Iberia y Air Europa. O, al menos, para que tengan que ceder numerosas rutas. Su filosofía es «si yo no crezco, tú tampoco». Porque temen, con razón, quedarse atrás frente a la poderosa IAG -dueña también de British Airways y controlada por Qatar-, que con esta operación les va a sacar varios cuerpos de ventaja.

Un avión de la aerolínea Air France-KLM. (Foto: GETTY)

A IAG tampoco le importa en exceso que le pongan este tipo de condiciones (los famosos remedies) porque lo que le importan son los hubs, los nodos o puntos de conexión de los vuelos. Con esta operación, se hace con el control absoluto de Barajas, que podrá ponerse a la altura de los principales aeropuertos europeos -esa es la razón por la que el Gobierno apoya una fusión que, seamos sinceros, puede ser negativa para el consumidor-, y de rebote con el de Palma de Mallorca, donde Air Europa es dominante.

Curiosamente, la más interesada en los remedies es Ryanair. Su presidente, el irlandés Michael O’Leary, dijo claramente en su última visita a Madrid que su compañía reclamará algunos de los slots (derechos de vuelo) que las empresas españolas tengan que ceder. La excusa de Competencia de la UE -ya esgrimida en 2021- para no autorizar la fusión era el temor a una subida de precios de los servicio, pero parece perder fuerza si la que quiere las rutas es la línea aérea que más pasajeros transporta en Europa.

Michael 0’Leary, presidente de Ryanair (Foto: Getty)

La batalla por TAP

Según algunas de estas fuentes, IAG tiene un plan B que es hacerse con la portuguesa TAP, que es un caramelito después de que el Gobierno del país vecino la haya saneado a costa de sus contribuyentes. TAP le permitiría operar desde Lisboa y, sobre todo, Oporto (desde donde ya vuelan muchos gallegos porque les sale más barato y tiene más vuelos que Santiago) muchas de las rutas que tenga que ceder.

Iberia, por supuesto, ha negado estar interesada en TAP; ya saben, never, never, never. Es de manual. Pero lo cierto es que está muy interesada. Y por eso mismo, Air France-KLM y Lufthansa también pretenden pujar por la portuguesa: para frenar la expansión de IAG o, cuanto menos, encarecer la operación. Algo parecido a cuando un club competidor se mete en medio del fichaje de un futbolista.

Y es que estos dos gigantes están de capa caída por la dura competencia de las low cost y de otras aerolíneas pujantes como las de los Emiratos, por la subida del carburante y por unas estrategias de negocio que no han dado el resultado esperado tras la pandemia. Son enormes dinosaurios a los que cuesta adaptarse a los nuevos tiempos, cosa que IAG está haciendo mucho mejor.

Presión sobre Bruselas

Además, sus Gobiernos temen que hubs como París, Ámsterdam o Frankfurt pierdan peso con la expansión de IAG con la compra de Air Europa y la posible de TAP. Y no olvidemos que Francia, Países Bajos y Alemania son los países con mayor influencia en la Comisión Europea. Así que Bruselas va a hacerles mucho caso a la hora de aprobar la fusión española, cosa con la que es de esperar que IAG ya cuente.

Por tanto, nos espera una batalla apasionante en los cielos europeos de resultado muy incierto. Puede acabar con una jugada redonda para IAG: que ceda rutas para fusionar Iberia y Air Europa, y que recupere ese terreno con TAP. O puede que suceda todo lo contrario: que Bruselas no apruebe la fusión o lo haga con condiciones que la hagan inasumible (como ocurrió a finales de 2021) y que encima IAG se quede sin TAP.

Juan José Hidalgo, presidente de Air Europa.

En ese segundo caso, la que se quedaría colgando de la brocha es la compañía de Pepe Hidalgo, que asegura que la huelga que han convocado los pilotos del SEPLA pone en cuestión la viabilidad de Air Europa: sufrió pérdidas de más de 700 millones de euros por la pandemia en 2020 y 2021, tiene patrimonio neto negativo que deberá equilibrar antes de fin de 2024 y acumula una deuda de más de 900 millones con un alto coste financiero.

Por tanto, si se rompe de nuevo la fusión con Iberia, se verá obligada a acometer un duro ajuste, a renegociar los créditos de la SEPI y del ICO, y a replantearse todo su plan de negocio en solitario. Un escenario que nadie quiere plantearse pero que no es imposible. La solución, en los próximos meses.