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Las Bolsas mundiales caen con fuerza y reviven el fantasma de los agostos negros

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Las Bolsas mundiales caen con mucha fuerza este lunes y reviven los fantasmas de otros meses de agosto negros vividos en el pasado. La peor parte se l ha llevado el Nikkei de Tokio, con su mayor desplome (el 12,4%) desde 1987, superior al del accidente nuclear de Fukushima. En Europa los descensos son más moderados pero los futuros de Wall Street también registran graves pérdidas.

A media sesión, el Ibex 35 español bajaba cerca del 3% y se situaba por debajo de 10.400 puntos, después de haber llegado a ceder más del 4% y marcar un mínimo intradiario de 10.321,1 puntos. Los bancos estaban entre los más castigados junto a IAG, las energéticas, Grifols o Acciona. Las Bolsas europeas también inician agosto con porcentajes de descenso parecidos y el bitcoin sufre un desplome superior al 15% que lo lleva por debajo de 60.000 dólares.

En el otro extremo, la deuda pública se beneficia de la salida del dinero de la renta variable hacia activos considerados más seguros. Eso hace subir los precios de los bonos este lunes.

Detrás de esta situación que ha puesto en alerta roja a los inversores de todo el mundo se encuentra una serie de factores. Estos son los principales:

El fantasma de agosto

Con las fuertes caídas de este lunes, se revive el fantasma de otros meses de agosto negros en las Bolsas, en especial los de 1997 y 1998. El primero fue el desplome de los mercados asiáticos por la devaluación masiva de las divisas de lo que entonces se llamaban «tigres» (Corea, Tailandia, Indonesia, etc.) y el segundo tuvo detrás la crisis financiera de Rusia.

Al producirse en dos años consecutivos, se generalizó el temor al mes de agosto en Bolsa. Posteriormente, ha habido otras caídas bursátiles en agosto, pero nunca de la magnitud de aquellas dos.

De momento, los analistas llaman a la calma: consideran que estamos ante una corrección de las subidas anteriores que incluso puede ofrecer una buena oportunidad de compra. Ahora bien, como dice el viejo dicho, «la Bolsa sube por la escalera y baja en ascensor»; es decir, los movimientos a la baja siempre son más violentos porque el dinero es miedoso. Y el pánico se retroalimenta.