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Economía
Mercadona

De las bolsas al ahorro energético: las medidas verdes con las que Mercadona quiere marcar la diferencia

La sostenibilidad se ha convertido en un terreno en el que las empresas ya no pueden recurrir tan sólo a acciones limitadas. Y en ese contexto, Mercadona lleva varios años aplicando medidas verde, con las que trata de demostrar que su apuesta por el medioambiente es una línea de trabajo que atraviesa toda la compañía. La cadena insiste en que cada paso cuenta y que su gran reto no es sumar iniciativas aisladas, sino reducir de verdad el impacto que genera una empresa de su tamaño.

Esa mirada a largo plazo ha ido tomando forma de varias medidas verdes que Mercadona ha puesto en marcha en los últimos años, y que van desde el reciclado interno de toneladas de materiales que antes terminaban en vertederos, hasta inversiones millonarias en formación, logística y rediseño de envases. La empresa asegura que el objetivo es simple pero ambicioso a la vez: cerrar el círculo para que los recursos se aprovechen al máximo y los residuos disminuyan de forma real, no solo en porcentajes sobre el papel. Lo cierto es que el volumen con el que trabaja Mercadona obliga a moverse con precisión, porque cada cambio tiene un efecto que multiplica. Ese camino se acelera con la Estrategia 6.25, el proyecto que reúne el grueso de las medidas verdes que la compañía quiere implantar antes de 2025.

Son seis acciones que funcionan como una hoja de ruta y que pretenden atacar un problema que nos afecta a todos: la presencia desbordada de plásticos en nuestro día a día. El objetivo no es menor. Hablamos de modificar hábitos dentro de las tiendas, revisar productos, reestructurar procesos internos y sumar al cliente en una tarea que aún genera dudas y confusiones.

El plan de medidas verdes de Mercadona

Para entender el punto de partida hay que mirar al trabajo previo: Mercadona recicla cada año el 100% de los embalajes que genera en tienda, un volumen que ronda las 220.000 toneladas de cartón y plástico. Ese material vuelve a transformarse en nuevas bolsas o en otros productos y evita que se desperdicien materias primas que, en muchos casos, son difíciles de reemplazar. La cadena asegura que este sistema interno ha permitido durante años sostener un modelo de economía circular que ahora quiere ampliar.

La Estrategia 6.25 llega justo para eso. Nace con tres objetivos generales que enmarcan todo el plan: reducir en un 25% el plástico utilizado, garantizar que todos los envases propios sean reciclables y reciclar la totalidad del residuo plástico que se genere. Son las medidas de Mercadona que requieren cambios visibles para el cliente, pero también otros que solo se perciben en el funcionamiento interno de la compañía. A partir de ahí, se articulan las seis acciones o medidas medidas que Mercadona pretende completar en breve, respaldadas por una inversión total de 140 millones de euros.

Acción 1: eliminación de las bolsas de plástico

El primer paso ha sido retirar las bolsas de plástico de un sólo uso en todas las secciones. En su lugar, se ofrecen alternativas reutilizables o compostables que pueden emplearse varias veces y cuyo peso se descuenta en la báscula. Este gesto, que para muchos clientes ya es cotidiano, supuso uno de los mayores cambios logísticos dentro de la cadena y ha marcado la pauta del resto de medidas verdes de Mercadona.

Acción 2: adiós a los desechables tradicionales

Cubiertos, vasos, platos y otros utensilios de plástico han salido progresivamente del catálogo. Según la empresa, esta transición permite dejar atrás unas 3.000 toneladas de plástico al año, el equivalente aproximado a un centenar de camiones cargados. En su lugar, se han incorporado envases compostables de cartón y plásticos reutilizables más fáciles de reciclar, una sustitución que afecta tanto al lineal como a proveedores.

Acción 3: reducción del plástico en los envases

El tercer eje del plan es quizá el más complejo: revisar todos los envases de las marcas propias para identificar qué plásticos pueden suprimirse o sustituirse sin comprometer la calidad del producto. Esto ha obligado a rediseñar formatos, bandejas y sistemas de presentación, un trabajo conjunto entre Mercadona, fabricantes y distribuidores.

Acción 4: envases reciclables o compostables

El siguiente paso es garantizar que todos esos envases revisados sean reciclables o compostables. Aunque la cadena lleva décadas trabajando con sistemas reutilizables como los de Logifruit, el reto ahora es extender esa filosofía a todo el surtido propio. Esto implica adaptar materiales, actualizar procesos y establecer un lenguaje común con los proveedores que permita avanzar en la misma dirección.

Acción 5: reciclaje completo del residuo interno

La compañía asegura reciclar ya el 70% de los residuos que genera. El objetivo es llegar al 100%, abarcando desde los plásticos que se manejan en tienda hasta los que se procesan en la venta online o en el reparto a domicilio. Esta transformación requiere instalaciones específicas, puntos de separación visibles y formación para los 90.000 empleados que participan en la cadena operativa. Parte de estos cambios ya puede verse en áreas como Frescos o Listo para Comer.

Acción 6: guiar al cliente en el reciclado

El último pilar se dirige al consumidor. Mercadona quiere facilitar la tarea de separar correctamente los envases y, para ello, está incorporando pictogramas y mensajes claros en todos sus productos. La idea es que el cliente sepa en qué contenedor va cada elemento, evitando dudas y reduciendo errores frecuentes. Esa labor informativa también se apoya en cartelería interna y en la sección web Cuidemos el planeta, donde se explican todos los pasos del proyecto.

Tiendas piloto y cambios visibles

La primera tienda adaptada a la Estrategia 6.25 se abrió en Valencia y funciona como un laboratorio donde se analizan los resultados de cada medida. Desde entonces, el modelo se ha extendido a más de medio centenar de establecimientos, incluyendo Portugal. En estas tiendas ya se aprecia un cambio estético y funcional, con carteles que recuerdan al cliente el impacto del reciclaje y la reducción de envases: desde el ahorro anual de cientos de millones de unidades de plástico hasta mensajes que explican el futuro reciclable de cada material.

El plan actual no nace de cero. Mercadona forma parte desde 2009 del Foro Europeo de la Distribución para la Sostenibilidad y, desde 2011, del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Ambos compromisos establecen marcos de actuación en materias tan amplias como derechos laborales, medioambiente o transparencia empresarial. La compañía entiende la Estrategia 6.25 como un nuevo paso dentro de este recorrido, un punto de inflexión para reforzar su papel en la transición hacia un consumo más responsable.