BBVA y Santander ‘aprueban’ los test de estrés de Estados Unidos: Deutsche Bank suspende
La Reserva Federal (Fed) norteamericana ha aprobado los dividendos y la recompra de acciones de 34 de los 35 grandes bancos de EE.UU. En ese selecto grupo se encuentran los españoles BBVA y Banco Santander. El último de la clase: Deutsche Bank.
La filial estadounidense del Santander ha superado, por segunda vez consecutiva, los test de resistencia «cualitativa» de la Fed. Estos son aplicados para evaluar la capacidad de respuesta de las entidades financieras en un contexto de aguda crisis financiera, después de suspender las tres pruebas anteriores al 2017.
«Los resultados demuestran que los bancos más grandes tienen fuertes niveles de capital, y después de hacer sus distribuciones de capital aprobadas, retendrían su capacidad de prestar incluso en una recesión grave», señaló en un comunicado el vicepresidente de la Fed, Randal Quarles.
En estas pruebas, las filiales estadounidenses del BBVA y del Banco Santander lograron un capital de calidad del 7,2% y el 14,8%, respectivamente, en un escenario de deterioro económico extremo.
El único banco que tendrá que volver a presentar sus planes de capital al banco central estadounidense antes de finales de año es el Deutsche Bank para reforzar su supervisión de riesgo.
En su informe, la Fed expresó su preocupación por las debilidades de la entidad financiera alemana respecto a su «capacidad y control de datos que respaldan su proceso de planificación de capital, así como sus enfoques utilizados para pronosticar los ingresos y las pérdidas bajo estrés».
Los resultados de hoy forman parte de la segunda fracción de los test de estrés a los que la Fed somete cada año al sector bancario, después de que la semana pasada el Banco central estadounidense revelara los correspondientes a las pruebas «cualitativas».
En esa ocasión, todos lo bancos superaron con garantías los requisitos de capital y crédito establecidos por la Fed.
Además, esta es la octava serie de pruebas de resistencia llevadas a cabo por la Reserva Federal desde 2009, en pleno estallido de la crisis financiera, y la quinta requerida por la ley Dodd-Frank, establecida por el Congreso para vigilar la solidez de los bancos.