Economía
MERCADO CREDITICIO

El Banco de España no exige más capital al sector para evitar alarmas, pero le pide reforzar su solvencia

Cree “necesario” que las entidades "utilicen el incremento de los beneficios" para aumentar su capacidad de resistencia

Mantiene en cero el colchón anticíclico hasta junio apoyado en el parón inmobiliario y el freno de las hipotecas

La Fed y el BCE se inclinan por una tregua en las subidas de tipos hasta ver el resultado de la escalada

Nadar y guardar la ropa. El Banco de España ha bordado un auténtico ejercicio de equilibrismo en su decisión de mantener a cero el porcentaje regulatorio del colchón de capital anticíclico de las entidades. La entidad que dirige Pablo Hernández de Cos toma la decisión, consensuada con el Banco Central Europeo (BCE), mientras recomienda a los bancos que utilicen «el incremento de los beneficios que se están produciendo a corto plazo para aumentar su capacidad de resistencia». El objetivo, insiste, es que, con unas entidades reforzadas, se asegure la financiación «a los hogares y empresas con proyectos viables, incluso si se materializan los importantes riesgos identificados en la actualidad».

De este modo, el supervisor de la madrileña plaza de Cibeles envía su recomendación a la banca mientras evita lanzar un mensaje que podría alarmar a los mercados. Ya que pedir a las entidades que refuercen un colchón anticíclico que se ha mantenido en cero en los últimos años podría no ser bien entendido. Especialmente, después de los mensajes de tranquilidad y confianza en la solvencia de la banca europea lanzados desde todas las instancias financieras de la UE tras el estallido de las crisis del estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) o del gigante europeo Credit Suisse.

De hecho, en la comunicación de la decisión de mantener en cero el porcentaje de colchón anticíclico hasta junio, el supervisor bancario español muestra su confianza en que la reducción de los riesgos para la estabilidad financiera continúe en los próximos meses.

El colchón de capital anticíclico es un instrumento macroprudencial diseñado por los bancos centrales europeos para reforzar la solvencia del sistema mediante la acumulación de capital en fases de crecimiento económico, para ser utilizarlo cuando aparezcan riesgos para la estabilidad financiera.

El Banco de España hace un seguimiento regular del ciclo financiero mediante el análisis de diversos indicadores como la ratio de crédito sobre el PIB, la brecha de crédito-PIB, la intensidad del crédito; la ratio del servicio de la deuda, diversos indicadores de desequilibrios de precios inmobiliarios, la evolución de la balanza por cuenta corriente, la denominada brecha de producción o la variación anual del PIB real.

Entre ellos, el supervisor presta especial atención a la brecha de crédito-PIB que mide la desviación de la ratio de crédito a empresas y familias sobre el Producto Interior Bruto. Los últimos datos disponibles muestran que este indicador ha descendido hasta situarse ligeramente por debajo del umbral de alerta. Esta evolución se ha visto favorecida por varios factores: la recuperación de la actividad económica, la moderación del crecimiento del crédito y la evolución del mercado inmobiliario; algo que -dada la experiencia de años anteriores- se vigila de forma especial en España.

De hecho, las previsiones del supervisor bancario español son que este descenso continúe en los próximos trimestres pese al entorno actual de fuerte incertidumbre marcado por la guerra en Ucrania, tensiones en los mercados financieros, fuerte inflación y subida de tipos.

El Banco de España espera que la mejora de los indicadores de alerta continúe en los próximos trimestres, pese a los grandes factores de incertidumbre para el sector financiero español y europeo: la guerra en Ucrania, las recientes tensiones en los mercados financieros, las presiones inflacionarias y el endurecimiento de la política monetaria.

Tensión inmobiliaria

La institución que dirige Hernández de Cos constata que la oferta de vivienda actual es insuficiente para satisfacer la demanda, lo que ha desembocado en «aumentos notables de los precios en 2022»; aunque los últimos datos apuntan ya a una cierta moderación de los precios. La entidad sostiene que las viviendas mantienen «una cierta sobrevaloración», aunque inferior a las de otros países del entorno que ya han activado algunas herramientas macroprudenciales.

Desde la última revisión no observa variaciones significativas en los estándares de concesión de crédito y apunta que, aunque los tipos de interés de las hipotecas nuevas han subido desde el tercer trimestre del año pasado, el diferencial con los tipos de referencia tiende a reducirse.

En línea con ello, la compraventa de viviendas se ha visto frenada desde mediados del año pasado y, como consecuencia, «las nuevas operaciones hipotecarias también han perdido pulso en la segunda mitad de 2022, si bien se sitúan en los valores más elevados desde la pasada crisis financiera global», asegura el banco central español. De hecho, en el cuarto trimestre del año, el flujo de crédito nuevo para la compra de vivienda bajó el 5,4% en términos interanuales.

Al mismo tiempo, el saldo de crédito hipotecario se reduce ligeramente (0,2% interanual en el cuarto trimestre de 2022); mientras las actividades de construcción y promoción mantienen una trayectoria descendente, con una bajada del 7,9% en el cuarto trimestre del ejercicio pasado.