Economía
MACROECONOMÍA

El Banco de España advierte de la debilidad de la inversión en España por la «elevada incertidumbre»

Sectores como la agricultura no han sido capaces de recuperar el nivel previo de inversión de la pandemia

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

El Banco de España ha advertido este lunes sobre la «notable debilidad en España» de la inversión empresarial a causa de «la elevada incertidumbre sobre las condiciones económicas». Así lo refleja el informe Un análisis desagregado de la inversión empresarial desde el inicio de la pandemia que el organismo ha hecho público esta mañana. En él, el banco central pone de manifiesto varios de los principales problemas macroeconómicos del país.

«La inversión empresarial —componente fundamental de la demanda agregada y un determinante clave del dinamismo de la productividad— ha mostrado recientemente una notable debilidad en España y aún permanece por debajo de los niveles observados a finales de 2019», desvela el documento.

Para el organismo, las principales causas que afectan a la debilidad de la inversión son «el estallido de la pandemia de Covid-19, la aparición puntual de algunos cuellos de botella en las cadenas globales de suministros, la crisis energética y el repunte de los costes de producción, la elevada incertidumbre sobre las condiciones económicas y el aumento de los tipos de interés de los últimos años».

Los datos de la Central de Balances muestran que en 2020 se produjo una caída «significativa» tanto de la proporción de empresas con flujos de inversión positivos como de la cuantía media invertida entre aquellas empresas que invierten.

De hecho, en este grupo, la mediana empresa pasó a invertir en 2020 una cuantía bruta «insuficiente» para cubrir la depreciación del capital previamente instalado, de forma que su inversión neta fue negativa. «A partir de entonces se ha observado una recuperación incompleta de la inversión, de tal manera que, en 2022, aún no se habían recuperado los registros previos a la pandemia», apunta la institución.

El Banco de España y la inversión

Desde el inicio de la pandemia, el retroceso en la inversión empresarial ha estado significativamente afectado por el sector en el que operan las empresas, según el informe.

El Banco de España explica que, en 2020, la tasa media de inversión de las empresas españolas, medida como la ratio entre la inversión en activos fijos materiales e inmobiliarios y el stock de este tipo de capital al inicio de cada período, experimentó una caída especialmente pronunciada en sectores cuyas ventas fueron más golpeadas por la crisis sanitaria.

Estos sectores, como la hostelería, el transporte y los servicios de ocio, requieren un mayor contacto social y, por tanto, sufrieron una disminución de inversión más marcada a causa del confinamiento y la pandemia en general.

Fachada del Banco de España en Madrid.

Sin embargo, a partir de 2021, estas diferencias sectoriales en las tasas de inversión comenzaron a diluirse. En 2022, los sectores más afectados por la pandemia ya no presentaban las mayores brechas en comparación con los niveles de 2019. Eso sí, las tasas medias de inversión en casi todas las ramas de actividad permanecían por debajo de los niveles de 2019, aunque existían brechas más destacadas se observaban en los sectores de agricultura, construcción y actividades inmobiliarias.

Por tanto, el Banco de España desvela que las protestas de los agricultores tenían su razón de ser, pues el sector agrícola ha sido uno de los más afectados por la pandemia y, además, no fue capaz de recuperarse como otras ramas de actividad.

Así, el informe del organismo deja ver un patrón que refleja una recuperación desigual en la inversión empresarial, con algunos sectores todavía enfrentando desafíos significativos para regresar a sus niveles de antes de la crisis de 2020.

«El vínculo entre la situación económica y la decisión de invertir se hizo más intenso en el periodo 2020-2022, frente al periodo 2014-2019, en línea con lo observado durante la crisis financiera global. En particular, el crecimiento de las ventas y el flujo de caja incidieron de forma más intensa sobre la decisión de invertir en el periodo 2020-2022 que en los años anteriores», explica la institución.

Según el organismo, la inversión de las empresas jóvenes experimentó en el periodo analizado «una debilidad particularmente acusada», de tal forma que la brecha positiva entre el esfuerzo inversor de éstas y el del resto de las empresas se redujo.

«La pandemia habría afectado más intensamente a los patrones de inversión de las empresas jóvenes, que presentan una propensión marginal a invertir más elevada que el resto de las sociedades, en consonancia con las mayores necesidades de ampliación del stock de capital productivo que tienen las compañías en sus primeros años de actividad», sostiene.