Economía
Sector financiero

La banca queda atrapada en la tormenta política: espera la llegada del PP pero debe contentar al PSOE

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La tormenta política que vive España con el caso Koldo y la imposibilidad de sacar los Presupuestos Generales del Estado por las elecciones catalanas ha atrapado también al sector financiero. La banca espera una victoria del PP en un posible adelanto de las elecciones generales, pero no cree que vayan a convocarse a corto plazo y, mientras tanto, tiene que contentar al PSOE.

«Los bancos no saben a qué palo agarrarse y se intentan agarrar a todos. Creen que viene PP, pero que aún queda tiempo y de momento tienen que contentar al PSOE», asegura una fuente del sector. Otra añade que «creen que el Gobierno actual no es sostenible, pero que puede durar todavía».

Se trata de una situación muy difícil para el sector financiero, puesto que tiene que empezar a mostrarse favorable a las tesis de un posible Gobierno futuro de Alberto Núñez Feijóo pero sin ser demasiado explícito para no desairar al de Pedro Sánchez. Máxime cuando está sobre la mesa el futuro del impuestazo a la banca, que el Ejecutivo actual pretende hacer permanente.

Las fuentes consultadas afirman que la banca ha intentado influir en el Gobierno para que solicitara al supervisor (el Banco de España como brazo del BCE) una relajación de los actuales requisitos de capital, que considera excesivos y que minan su rentabilidad. Y que la respuesta que ha recibido ha sido una negativa rotunda.

El «impuestazo»

No obstante, la principal batalla que tiene abierta el sector con el Gobierno es el citado impuestazo, que inicialmente iba a ser temporal durante dos años, pero que el Ejecutivo quiere hacer permanente por la presión insistente de Yolanda Díaz.

Este martes, el Banco de España y los principales directivos de CaixaBank y Santander alertaron de los riesgos de esta medida para la solvencia, la competencia (no se aplica a las entidades pequeñas y a las extranjeras) y el servicio (reducirán las oficinas en la España rural).

La conversión del impuesto «temporal y extraordinario» a la banca en permanente se iba a incluir en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2024. Como es conocido, finalmente el Gobierno de Pedro Sánchez ha renunciado a presentarla por la imposibilidad de obtener los apoyos necesario ante la citada convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña.

Esta circunstancia obliga al Ejecutivo a buscar otra vía para modificar el impuesto a la banca. Y el sector espera que esa vía implique una oportunidad para negociarlo y, ya que parece claro que no se puede suprimir, al menos poder rebajar su impacto o introducir algún tipo de deducción como se va a hacer en el otro impuestazo, el de las energéticas.

De momento, el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha frenado las pretensiones de Yolanda Díaz, que no sólo quiere hacer permanente el impuesto, sino subirlo todavía más con el argumento de que los bancos «ganaron mucho dinero» en 2023, sin tener en cuenta que los tipos de interés han tocado techo y van a bajar a partir de ahora.

Ataques a la banca

La banca ha sido el sector más atacado por Moncloa desde que gobierna Sánchez, en especial por la parte de Podemos y ahora de Sumar, pero también por la anterior ministra de Economía, Nadia Calviño. Cabe recordar sus críticas a sus beneficios excesivos derivados de la subida de los tipos de interés del BCE (que es la justificación del impuesto) o a los sueldos de los principales ejecutivos, así como las afirmaciones de que pagan sólo un 3% ó 4% de impuestos.

Además de estas críticas, Yolanda Díaz ha hecho propuestas como poner un tope a la subida de las hipotecas, conceder una ayuda de 1.000 euros para hacer frente a estos préstamos, impedir los ERE en los bancos o subir todavía más los impuestos al sector; de hecho, quiere establecer un tipo mínimo del Impuesto de Sociedades del 15% sobre su beneficio en todo el mundo, no sólo en España, obviando que eso implicaría doble imposición.

No obstante, el sustituto de Calviño, Carlos Cuerpo, ha llegado al cargo con un talante más conciliador y ha asegurado ante los principales banqueros que pretende actuar como contrapeso a los ataques de Díaz, como adelantó OKDIARIO. Una declaración de intenciones de la que el sector no termina de fiarse y esperará a que se confirme con los hechos.

Por su parte, el PP se ha opuesto a todas estas medidas populistas sobre la banca del PSOE, ha criticado que el impuesto extraordinario se aplique sobre los ingresos (margen de intereses más comisiones) y no sobre los beneficios, y ha pedido incentivos para atraer inversiones a España. Algo que suena mucho mejor al sector; pero, de momento, tiene que mantener la discreción.