Economía
La 'startup' de la semana

Los bañadores creativos de Barsun se quedan en Barcelona: «Es un momento delicado, pero trabajaremos duro»

Más de 4.500 empresas se han fugado de Cataluña desde el pasado referéndum ilegal del 1-O. La inestabilidad política ahuyenta a los empresarios e inversores y son pocos los que se aventuran a desembarcar en la región para levantar los cimientos de su compañía, pero Barsun es un ejemplo de aquellos que apuestan por Barcelona para poner en marcha su proyecto: unos bañadores creativos y “atrevidos”, con producción ética y para todos los bolsillos.

La idea nació en 2016 cuando Piotr, Sebastian y Oriol se pusieron un objetivo: demostrar que es posible hacer un producto asequible y de calidad. Sus planes no se han truncado pese a la inestabilidad de la Ciudad Condal: “Somos conscientes de que es un momento delicado para Barcelona y esperamos que se solucione. Por nuestra parte, lo que debemos hacer es trabajar más duro todavía”, cuentan.

Para poner el motor en marcha, invirtieron sus propios ahorros y “mucha ilusión”, cuentan a OKDIARIO. Ahora, cuentan con una colección de dieciséis modelos para hombres a “los que les guste el espíritu y estilo de vida veraniego y que quieran llevar un bañador con diseños innovadores y divertidos”.

Made in Barcelona, con miras al mundo

El dinero de sus huchas se suma a una campaña de crowdfunding “que permite a personas de todo el mundo invertir en el proyecto, además de reservar el producto antes de que se fabrique y a cambio, son las primeras personas en recibirlo”.

«Barsun nace con aspiraciones internacionales desde el inicio. Es una marca Made in Barcelona, pero ya hemos recibido reservas de bañadores de más de 20 países en todo el mundo».

Su producto, aseguran, se diferencia de los demás por dos conceptos que representan el ADN de Barsun: el fast-fashion, que representa la rapidez, el volumen y el precio bajo; y la ética. «Para conseguirlo hemos desarrollado una fabricación local y eficiente en Barcelona, que nos permite ser competitivos en coste. Además, como es una fabricación local, podemos controlar que se cumplen nuestros estándares de calidad y ética, algo que no siempre es posible controlar cuando se fabrica en países de mano de obra barata», sostiene.

Venta online

La venta es exclusivamente online, un factor que les permite «ofrecer un precio asequible» y con diseños propios, que realiza Piotr con ayuda de fabricantes locales. «Esto crea un efecto multiplicador en la economía local. Si a nosotros nos va bien, esto también ayuda a nuestros proveedores y colaboradores locales», dicen los fundadores.

Sin embargo, no descartan llevar sus bañadores a establecimientos físicos. «Varias tiendas físicas nos han contactado ya con mucho interés en vender el producto en su tienda. También tenemos pensado estar físicamente en algunas pop stores de Barcelona como Palo Alto, Art Gallery, etc.», confiesan.

El objetivo para este verano es vender 5.000 bañadores y dicen estar preparados por si en algún momento tienen que incrementar su capacidad de producción.

Han superado muchos obstáculos, cuentan, pero ha merecido la pena. «Nuestro sueño es seguir empujando el proyecto Barsun, y que dentro de diez años seamos una empresa de mayor tamaño, que contribuya más a la economía local, que ofrezca más trabajo, que siga creciendo y que siga innovando».