Ciberseguridad

El aviso de una experta si te piden el código postal cuando haces la compra: esto es lo que tienes que decir

Código postal
María Aperador (TikTok).
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En la era de la información, cada dato que compartimos puede ser una herramienta poderosa para las empresas. Uno de esos datos, aparentemente inofensivo, es el código postal. Aunque compartirlo durante una compra parece algo rutinario, ha empezado a generar cierta inquietud sobre la privacidad. La criminóloga María Aperador, especialista en ciberseguridad, ha explicado los riesgos de proporcionar este dato personal. Según la experta, aunque muchas tiendas físicas solicitan el código postal como parte del proceso de compra, no es un requisito legal ni necesario. Al contrario, su principal objetivo es beneficiar a las empresas mediante la recopilación de información que les permite tomar decisiones de marketing.

Sin embargo, hay quienes no están de acuerdo con su postura: «Es para abrir un establecimiento cerca de casa en caso de que haya muchos clientes con el mismo código y en esa zona no haya ese comercio. Es algo positivo a mi entender»; «Pero eso es bueno ¿no? Que abran una tienda cerca de mi casa y así no tengo que ir en coche o me manden promociones al buzón por mi zona con ofertas y descuentos. No sé no le veo nada malo en dar el código postal».

Los motivos por los que no debes dar tu código postal

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El código postal es un sistema numérico diseñado para agilizar y optimizar el envío de correspondencia y paquetes. En España, consta de cinco dígitos que dividen el territorio en zonas geográficas, permitiendo clasificaciones más precisas. Los dos primeros números indican la provincia, mientras que los tres restantes detallan zonas específicas dentro de ella. Por ejemplo, todos los códigos postales de Navarra comienzan con «31», una designación que facilita la logística y asegura entregas más rápidas.

Con el paso del tiempo, las empresas han adoptado este sistema para analizar patrones de consumo. Al recopilar los códigos postales de sus clientes, pueden determinar de dónde provienen las mayores ventas y qué productos son populares en ciertas zonas. Esto les permite tomar decisiones comerciales informadas, como la apertura de nuevas tiendas o la implementación de campañas publicitarias.

La criminóloga María Aperador advierte que simple acto de proporcionar un código postal al realizar una compra puede parecer inofensivo, pero detrás de esta práctica se esconden estrategias comerciales muy sofisticadas. Las empresas recopilan esta información para identificar patrones geográficos en los hábitos de consumo. Por ejemplo, al analizar qué códigos postales se repiten con mayor frecuencia, pueden determinar las zonas con mayor actividad comercial y adaptar sus estrategias en consecuencia.

Según ella, proporcionar esta información no es necesario para completar una transacción en una tienda física, y su solicitud responde exclusivamente a intereses de las empresas. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) respalda esta afirmación, destacando que no existe ninguna obligación legal de proporcionar este dato.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también se ha pronunciado sobre este tema, señalando que compartir información personal como el código postal, el nombre o el correo electrónico puede exponernos a recibir publicidad no deseada, conocida como spam. En este sentido, la OCU recomienda adoptar medidas simples pero efectivas, como inventarse un código postal para proteger la privacidad.

El caso del código postal plantea un dilema ético sobre el equilibrio entre los intereses empresariales y el derecho a la privacidad de los consumidores. Por un lado, las empresas argumentan que la recopilación de datos es esencial para mejorar sus servicios y adaptarse a las necesidades de los clientes clientes. Por otro lado, los consumidores tienen el derecho de decidir qué información compartir y bajo qué circunstancias.

En resumen, el código postal, que en principio fue creado con fines logísticos, se ha convertido en una herramienta de análisis comercial con implicaciones directas en la privacidad de los consumidores. Aunque las empresas tienen el derecho de utilizar estrategias para mejorar su desempeño, los consumidores también tienen el derecho de proteger su información y decidir cuándo y cómo compartirla.

Consejos para una compra segura

Cuando realizamos una compra, ya sea online o en una tienda física, siempre es importante asegurarse de que la transacción sea segura. En las compras online, lo primero es verificar que la dirección comience con «https://» y que tenga un candado verde en la barra de direcciones. Estos son signos de que el sitio cuenta con un certificado de seguridad.

Otro aspecto fundamental es evitar compartir información innecesaria. Por ejemplo, no es necesario dar el código postal, a menos que sea esencial para la entrega. Asimismo, debemos mantener los métodos de pago privados, utilizando plataformas de pago seguras como PayPal o tarjetas con protección contra fraude. Si compramos en una tienda física, no debemos revelar más detalles personales de los que se requieren para completar la transacción.

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