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Economía
En 2023

Arabia Saudí superará a España en el ranking de potencias mundiales y quedará relegada al puesto 16

La economía española seguirá perdiendo en los próximos años peso en la economía mundial. A finales de la década de los ochenta -en 1988 y en 1989- llegaba a alcanzar la posición número 11 y a finales de los noventa lograba escalar del puesto 13 en el que llevaba años enquistado al 12 -lo que llevó a Aznar a soñar que España podría pertenecer en algún momento al selecto G8, un club en el que no sólo pesan las cuestiones económicas sino también las políticas-.

Según las previsiones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ofrece la información macroeconómica de dos centenares de países, España pasará de ser el décimo quinto país del mundo por su Producto Interior Bruto (PIB) en paridad de poder de compra en 2019 al décimo sexto en 2023, lo que significa que Arabia Saudí arrebatará a España la décimo quinta posición.

El PIB de España ascenderá en 2019, en dólares internacionales y en paridad de poder de compra, a 1,94 billones, y seguirá creciendo hasta los 2,224 millones en 2023. El problema es que el de Arabia Saudí avanzará más rápido: en 2019 será de 1,88 billones y en 2023 será de 2,25 billones, superando tanto a la economía nacional como a Canadá.

Variación en el ranking global

El año 2014 fue clave para el ranking de economía globales, ya que China superó a Estados Unidos. Aunque en un primer momento la distancia era pequeña (el gigante asiático tenía un PIB de 1,72 billones y el de la destronada primera potencia mundial de 1,75), en 2019 China tendrá un Producto Interior Bruto de 2,7 billones y EEUU de 2,1.

En 2023 no solo España cambiará su posición en la clasificación de las mayores economías del mundo. Rusia pasará de tener la sexta posición este año a ascender a la quinta, quitándole el puesto a Alemania que pasa del quinto lugar al sexto. Turquía, por otro lado, pasará de la posición 13 a la 12; Corea de las 14 a la 13, mientras que Italia bajará de la 14 a la 12. Es decir, que la economía europea sigue perdiendo fuelle frente a los países emergentes del continente asiático o de Europa Oriental.