Economía
ANTIBIÓTICOS, ANTIPARASITARIOS, HORMONAS....

Alarma sanitaria: medicamentos veterinarios tóxicos acaban en los vertederos como «basura ordinaria»

Los medicamentos destinados al uso veterinario acaban en los vertederos como si fueran “basura ordinaria”, ya que no existe una legislación estatal que obligue a clínicas y propietarios de animales a eliminarlos de forma segura. Según denuncian fuentes de la industria a OKDIARIO en la actualidad existe un problema de salud pública ya que la mayoría de los fármacos que son desechados de forma incontrolada son tóxicos para los humanos.

“Esto se produce porque en España no hay ninguna legislación que obligue a separar medicamentos veterinarios del resto de residuos domésticos, al contrario de lo que sucede con los fármacos destinados al uso humano, que se eliminan mediante el sistema SIGRE”, explica un trabajador de una de las empresas distribuidoras.

A través de SIGRE, la industria farmacéutica garantiza la recogida y gestión de los residuos de medicamentos de uso humano y de sus envases que se generan en los domicilios particulares y que han sido previamente dispensados a través de las oficinas de farmacia, Este sistema ha sido creado por las compañías que venden medicamentos de uso humano y, por tanto, es responsable exclusivamente de la gestión de estos fármacos. Por ello, no deben depositarse en el punto SIGRE los residuos de envases de medicamentos de uso veterinario.

“Respecto a la manera de desprenderse de los residuos veterinarios, entendemos que el envase debería depositarse en el contenedor amarillo, mientras que el medicamento veterinario de acuerdo con la normativa general de residuos debería desecharse junto con la basura ordinaria, salvo que el municipio donde resida haya implantado algún tipo de recogida selectiva”, indica el SIGRE en respuesta a una petición de información de una clínica veterinaria a la que ha tenido acceso OKDIARIO.

El problema es que los principios activos de muchos de los medicamentos para animales son los mismos que los que se recetan a los humanos y elaborados en muchos casos por los mismos laboratorios: Esteve, Bayer, Merial, MSD, Novartis, Boehringer Ingelheim, Zoetos o Dechra.

Clamoxyl para perros y gatos. Amoxicilina (antibiótico).

Entre los fármacos que acaban en la basura se encuentran antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios, citotóxicos, tratamientos hormonales, ansiolíticos y otros productos “que si se vierten en las aguas generan una situación de alarma sanitaria”, indica un responsable de una clínica veterinaria.

Y es que al no haber mecanismos de recogida establecidos existen riesgos de que los medicamentos acaben contaminando aguas e incluso entren en la cadena alimentaria. De hecho, algunos de estos fármacos son especialmente tóxicos y se consideran peligrosos por las autoridades comunitarias, por lo que están incluidos en la lista europea de residuos como productos que deben eliminarse de forma controlada para proteger la salud y el medioambiente.

Por esta razón, la consejería de Sanidad de Madrid no está de acuerdo con el SIGRE respecto a la recomendación de tirar los fármacos a la basura. En un documento interno que obra en poder de este diario, el Área de Control Farmacéutico de la Comunidad de Madrid considera que “los residuos de los medicamentos veterinarios no deben depositarse en la basura ordinaria por el consiguiente riesgo para la salud pública y ambiental”. A juicio de la consejería el control de la eliminación de estos medicamentos debería estar en manos de las autoridades de Medioambiente “que es la que autoriza a las empresas gestoras de residuos peligrosos”.

Un veterinario pone una inyección a un perro.

Fuentes del sector sanitario explican que la eliminación incontrolada de antibióticos “provoca resistencias bacterianas, lo que es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una amenaza mundial que causa 700.000 muertes al año. También, a modo de ejemplo, los profesionales advierten sobre los riesgos de los medicamentos antiparasitarios, porque “la mayoría son de naturaleza lipofílica y generan alteraciones del sistema nervioso, además de provocar daños irreversibles en organismos acuáticos”.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha sido avisada por varios profesionales de la industria veterinaria, pero las denuncias han caído en saco roto. Este organismo indica que las autoridades competentes en esta materia son los gobiernos autonómicos, a pesar de que ha puesto en marcha un “plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de la resistencia a los antibióticos” en el que no se menciona la cuestión de la eliminación de los residuos de los fármacos para animales.

Por su parte, el Colegio Oficial de Veterinarios, que también ha recibido documentación al respecto, asegura que ha “entablado conversaciones» con Medioambiente y con la Asociación Empresarial Española de la Industria de Sanidad y Nutrición Animal (Veterindustria) para “buscar una solución al problema”.

El director general de Veterindustria, Santiago de Andrés, indica a OKDIARIO que «la gran mayoría de los medicamentos veterinarios se utilizan en el ámbito de la ganadería» y que «todas las explotaciones ganaderas en España (Ley 8/2003, de sanidad animal) tienen que contar con un sistema de eliminación de residuos a través de gestores de recogida de residuos autorizados para su adecuado tratamiento y eliminación. Estos gestores están autorizados por las autoridades competentes de cada comunidad autónoma».

En lo que respecta a animales de compañía, la mayor parte de éstos se utilizan en el ámbito de las clínicas veterinarias; no obstante lo cual, estamos estudiando y en conversaciones con SIGRE para evaluar la posibilidad de implementar un sistema parecido en nuestro ámbito», añade De Andrés.