Muface

La AIReF propone desmantelar Muface y que los nuevos mutualistas vayan a la Seguridad Social

Herrero: "Se transforme la actual adscripción obligatoria en un régimen voluntario"

La AIReF plantea eliminar Muface y que los nuevos funcionarios sean atendidos por la Seguridad Social

La AIReF ya ha hecho público su informe sobre la sostenibilidad del modelo de Muface. En concreto, desde la AIReF se ha llegado a la conclusión de que para que el modelo sea rentable y viable lo más adecuado es que a partir de ahora «se transforme la actual adscripción obligatoria en un régimen voluntario y la incorporación de los nuevos mutualistas al Sistema Nacional de Salud». El informe insta a que los nuevos mutualistas no puedan acceder a Muface, entrando al sistema de salud común, y pide medidas que promuevan el abandono de los que ya están, de manera que puedan también incorporarse al sistema general.

Desde AIReF se considera que es mejor que los propios mutualistas puedan elegir de una forma más fácil y en cualquier momento si se cambian a la Seguridad Social, ya que, actualmente, esto sólo se puede hacer con el empiece de cada nuevo concierto. Por tanto, desde AIReF creen que los mutualistas tienen la desventaja de tener que pagar los medicamentos a un precio más elevado que el de las personas que se encuentran en la Seguridad Social y que se les está negando el derecho de la Sanidad Universal.

Es una manera de argumentar por qué sería mejor el abandono de Muface, del sistema de mutualidades, tras lo que subyace la intención de reducir el coste que supone el mantenimiento de este sistema para el Estado.

Muface: una excepción en Europa

Por otro lado, desde AIReF constatan que el modelo de Sanidad Privada de los funcionarios de Muface «constituye una excepción singular entre los países de nuestro entorno», e invita a terminar con ello, con lo que supondría en ahorro de costes.

El análisis comparativo internacional de AIReF revela que España constituye una excepción singular entre los países con sistemas sanitarios universales financiados mediante impuestos (modelo Beveridge). «Mientras naciones como Italia y Turquía integraron sus regímenes especiales de funcionarios durante la constitución de sus sistemas nacionales de salud, y otros como Grecia y Portugal lo hicieron en el marco de reformas estructurales durante periodos de crisis económica, España mantiene un sistema diferenciado», explica el informe.

Un margen de mejora

Por tanto, la AIReF también ha detecta un margen para mejorar la eficacia, eficiencia y equidad del sistema de Muface y se centra principalmente en dos reformas estructurales: transformar la actual adscripción obligatoria en un régimen voluntario y la progresiva incorporación de los nuevos mutualistas al Sistema Nacional de Salud (SNS).

En la rueda de prensa de la presentación de este informe, la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, ha explicado que la primera reforma permitiría racionalizar el sistema y generar ahorros tanto para el funcionario como para las arcas públicas al eliminar las aportaciones de los que opten por abandonar el sistema mutualista. Por su parte, la progresiva incorporación de los nuevos mutualistas al SNS, que tendría que ir acompañada de un refuerzo de sus capacidades, ayudaría a superar ineficiencias.

El uso de medicamentos

En el ámbito de la eficiencia, el informe de AIReF revela importantes diferencias entre las modalidades pública y privada, especialmente en el sector farmacéutico. La actual segregación del colectivo mutualista (1,6 millones en la modalidad privada) de la población general del SNS (47,8 millones de beneficiarios) limita algunas de las ventajas inherentes en términos de economías de escala de los modelos de aseguramiento de riesgo.

La AIReF explica «que los centros privados facturan a las mutualidades medicamentos hospitalarios al paciente externo a precios significativamente más elevados que el de adquisición de los servicios públicos de salud, y se llega en algunos casos a sextuplicar el coste». Además, dicen, «existen disparidades en la utilización de medicamentos genéricos (40% en la modalidad pública frente al 32 % en la privada) y biosimilares, con diferencias de hasta 23 puntos porcentuales en algunas moléculas». También detallan que el «desarrollo heterogéneo y limitado de la receta electrónica en el sistema mutualista de modalidad privada constituye otra limitación significativa, al restringir las capacidades de implementar estrategias para la mejora de la calidad de la prescripción».

Por tanto, en el ámbito farmacéutico, se plantea optimizar los mecanismos de adquisición de medicamentos hospitalarios dispensados al paciente externo, fomentar el uso de genéricos y biosimilares, y acelerar la implantación de la receta electrónica. Todo ello sin merma de que el organismo que preside Cristina Herrero considera que, de cara a las arcas públicas, habría que revaluar el sistema completo, para generar un ahorro de costes al Estado a la vez que se mira por el coste del paciente, sin diferenciar entre el Sistema Nacional y Muface.

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