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Economía
Leroy Merlin

Adiós confirmado: Leroy Merlin cierra dos tiendas en 2026 en esta ciudad

Leroy Merlin, una de las marcas más reconocidas del bricolaje en Francia, ha decidido poner fecha de cierre a dos de sus tiendas más emblemáticas en París, un movimiento que rompe con la línea habitual de la compañía. No se trata de un ajuste menor: son establecimientos grandes, muy conocidos en sus barrios y con un volumen de actividad que, hasta ahora, parecía garantía de continuidad.

Sin embargo, la empresa ha optado por un giro estratégico que afecta de lleno a Rosa-Parks (distrito XIX) y Daumesnil (distrito XII). Pese a registrar alrededor de 600.000 operaciones de venta cada una en 2024, ambas acumulan pérdidas estructurales que la dirección considera insostenibles. El cierre, que ya es oficial, se producirá en dos fases: abril de 2026 en Rosa-Parks y octubre del mismo año en Daumesnil. La decisión marca un antes y un después en la presencia de Leroy Merlin en el corazón de París. El anuncio ha generado inquietud entre los empleados y ha abierto un debate más amplio sobre el futuro del comercio urbano en Francia. Los vecinos temen perder actividad económica en zonas ya de por sí frágiles, y el Ayuntamiento de París ha pedido explicaciones a una compañía que, hasta ahora, representaba uno de los grandes actores comerciales de la ciudad. Lo que sucede con estas dos tiendas apunta a una transformación que podría extenderse a otros formatos y marcas.

Adiós confirmado: Leroy Merlin cierra dos tiendas en 2026 en ésta ciudad

El cierre de estos grandes establecimientos no responde únicamente a cuestiones económicas. Leroy Merlin lleva tiempo probando un nuevo modelo de tiendas urbanas, mucho más pequeñas, de entre 100 y 250 metros cuadrados,  y especializadas en segmentos concretos como cocina, baño o menaje. Este formato piloto ya está implantado en tres locales del distrito XV y en Boulogne-Billancourt, con resultados que la propia compañía califica de muy positivos.

Loïc Porry, director regional en París, lo ha explicado así: «Los consumidores tienen grandes expectativas en términos de proximidad y flexibilidad». Es precisamente ese comportamiento de compra, más inmediato y menos orientado a desplazamientos largos, el que está moldeando la nueva estrategia. Porry avanza además tres nuevas aperturas en 2026 (en los distritos XIII y XIV) y un objetivo ambicioso: llegar a 20 puntos de venta de este tipo antes de 2030. Para la empresa, que el 90% de los clientes de estas tiendas vivan a menos de 1,5 kilómetros es una prueba de que hay margen para crecer bajo este modelo.

Leroy Merlin no es la única que está dando este paso. Le Parisien recuerda que cadenas como Castorama o Decathlon también están virando hacia locales urbanos más pequeños, un movimiento que responde tanto al aumento de los costes de implantación como a nuevos hábitos de consumo donde prima la rapidez y la conveniencia.

Los despidos que deja el cierre

Más allá de la estrategia comercial, el impacto humano es el aspecto que más inquieta. Entre los dos establecimientos que cerrarán suman 271 empleados, para los que la empresa dice estar preparando alternativas en alguno de sus 26 centros del área metropolitana de París. «El objetivo es proponer un puesto a todo el personal», aseguró Porry.

Sin embargo, el mensaje no ha calmado del todo los ánimos. La CFDT denunció que, en caso de rechazar una propuesta de reubicación, el trabajador «podría ser objeto de un despido por motivo disciplinario». Aunque la compañía ha matizado que no es su intención llegar a ese punto, el malestar ya está presente. Para muchos empleados, el golpe es también emocional. «Cuando se lleva aquí tantos años, es un golpe», comentaba un trabajador de Daumesnil a Le Parisien.

El cierre también afecta al ecosistema comercial de los barrios. El encargado de un café frente a Rosa-Parks explicaba que diez empleados de la tienda comen allí cada día, y que la desaparición del establecimiento reducirá su clientela habitual. Entre vecinos del distrito XII también predomina la preocupación: temen un tramo de calle vacío, menos tránsito y la desaparición de una tienda que, aunque difícil de rentabilizar, daba vida a la zona.

El Ayuntamiento de París exige claridad y teme un impacto mayor

El Ayuntamiento no ha tardado en reaccionar. El teniente de alcalde responsable de Comercio, Nicolas Bonnet Oulaldj, ha pedido «transparencia total» a Leroy Merlin, advirtiendo de que la decisión «pone en peligro cientos de empleos y debilita el tejido comercial de barrios ya tensionados». El consistorio quiere participar en la evaluación del impacto social y urbano, consciente de que estos cierres no sólo  afectan a los trabajadores, sino a la actividad local en su conjunto.

Los sindicatos han solicitado una auditoría independiente y han activado un procedimiento de alerta por la salud y la seguridad de la plantilla. También se preguntan si este movimiento es el primero de una serie más amplia. Cyril Seguin, representante de Force Ouvrière, lo planteaba sin rodeos: «Si estas dos tiendas no son rentables, ¿cerrarán también otras similares?».

Lo ocurrido en París es un ejemplo más de cómo las grandes superficies están reajustando su presencia en el centro de las ciudades. Los costes de implantación, la competencia online y la preferencia por tiendas cercanas y especializadas están empujando a un replanteamiento profundo del sector. Por ahora, los cierres de Rosa-Parks y Daumesnil ya tienen fecha, pero el alcance real del cambio dependerá de las negociaciones entre empresa, sindicatos y autoridades locales en los próximos meses. Lo que sí es seguro es que este movimiento marca un punto de inflexión para Leroy Merlin y abre un debate más amplio sobre el futuro del comercio en las grandes capitales europeas.