Economía
Inversión

2019: ¿Año nuevo, vida nueva?

Pues me temo que, para el nuevo ejercicio recién estrenado, vamos a tener un poco más de los mismo y de lo ya vivido durante el pasado año. Es decir, un continuo subir y bajar en los diferentes mercados de capitales.

Decía el poeta Arturo Graf que «la existencia es un viaje en el que no existen los caminos llanos: todos son subidas y bajadas». Y algo de esto es lo que espero para los próximos meses. Es decir, un entorno financiero de elevada volatilidad al encontrarnos en un entorno de desaceleración económica en el que la propia FED no lo está poniendo nada fácil. Por tanto, ¿cuál es la estrategia genérica que propongo para iniciar este nuevo año?: reducir la beta (la sensibilidad a los mercados de deuda y de acciones), y buscar más “alpha” (apoyarnos en fondos que, precisamente, detecten donde están las mejores oportunidades de inversión).

En consecuencia, cuatro son los pilares de la inversión que sugeriría para este comienzo de 2019:

–      Prudencia. Existen una serie de incertidumbres económicas y geopolíticas que van a seguir generando volatilidad en los diferentes mercados financieros. La mayoría de las principales casas de análisis y asesoramiento del mundo están aconsejando cautela a la hora de invertir a sus clientes. Quizás uno tenga la tentación, por la opinión contraria, de ser más arriesgado con sus inversiones pues quizás piense que el suelo de los principales índices mundiales de bolsa no estén muy lejos de ser alcanzados.

Sin embargo, a mí lo que más me preocupa ahora mismo no sólo es la desaceleración económica o de resultados empresariales sino la obstinada posición de la Reserva Federal de Estados Unidos. Esta, continúa subiendo los tipos de interés en un momento en el que los datos económicos procedentes del otro lado del Atlántico no apuntan a esa necesidad de llevar los tipos de interés de referencia mucho más arriba de lo que se sitúan en estos instantes. Por ello, y hasta tener más clara la posición de los principales bancos centrales del mundo, por ahora prefiero sumarme a la postura de ser prudente a la hora de invertir en los primeros compases del año.

–       Diversificación de nuestras inversiones.

–       Flexibilidad.

–       Apoyarse en fondos de “autor” con atractivas comisiones.

El gran Benhamin Graham comentaba aquello de que “la esencia de las inversiones es la gestión del riesgo, no la gestión de los beneficios”.

Pues bien, para los próximos meses nuestro trabajo debe consistir en continuar buscando activos con potencial de revalorización y a través de fondos que sean verdaderas “joyas de la gestión”. Pero, en paralelo, extremando la vigilancia de las carteras con el fin de reducir los riesgos asumidos. En un contexto de fuerte oleaje (en forma de picos de volatilidad… e instantes de baja liquidez), hay que tratar de evitar un daño irreparable en las inversiones de muchos ahorradores.

En este sentido, y de cara a las primeras semanas de este ejercicio, ¿qué tipo de carteras modelo de fondos propondría?.

Si nos centráramos en una cartera modelo de perfil conservador aconsejaría la siguiente estructura:

En cuanto a una cartera de perfil agresivo, y de cara al presente mes de enero, aconsejaría que estuviera estructurada de esta forma:

Decir que el tipo y clase de fondo de inversión que podríamos proponer para Vd. (renta fija, mixtos, bolsa…) siempre dependerá de cuál sea su perfil de riesgo, el horizonte temporal de sus inversiones y la coyuntura económica y financiera en cada momento. Una cartera asesorada debe seguir las líneas generales descritas anteriormente… pero ha de ser totalmente personalizadas y, por tanto, debe de tener en cuenta siempre sus propias singularidades y, lo que es más importante,: cada vez que cambia el entorno de los mercados  o sus circunstancias y sus propias necesidades, su asesor debe adaptarse a dichos cambios.

Por último decir que se atribuye al famoso escritor Baltasar Gracián la siguiente cita; “Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos”.  ¡Feliz año!