El PSOE aumenta los impuestos a la mayoría mientras ofrece a Podemos una renta mínima de 6.500 millones

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El PSOE eleva los impuestos a la mayoría mientras ofrece a Podemos una renta mínima de 6.500 millones para los ciudadanos de menores ingresos. Subidas del tipo máximo del IRPF, eliminación de deducciones en el Impuesto sobre la Renta, sablazo fiscal a las empresas, disparo de las cotizaciones de los autónomos y de las rentas medias altas, incremento fiscal del diesel, de los impuestos especiales, herencias, donaciones o planes de pensiones. Todo vale con tal de aumentar la recaudación aunque ello suponga multiplicar la carga tributaria de quienes ahorran, crean empresas, consiguen superar la renta media en su trabajo o, simplemente, tienen un vehículo diesel.

Y todo vale porque el plan de fondo es más político que económico: ofrecer a Podemos -dentro de los acuerdos entre los socialistas y la formación morada- la implantación de una renta mínima para los ciudadanos de menores ingresos. Una renta media de la que ya había hablado el PSOE hace tiempo y que, según el documento base de la política fiscal del actual Gobierno, tendrá un coste de nada menos que 6.500 millones de euros, tal y como relata expresamente el documento elaborado por Manuel Escudero para el PSOE de cara a este mismo 2018.

Los datos base son claros. El objetivo es beneficiar a 2,1 millones de personas: los de menores rentas. El pago medio para ellos sería de 3.100 euros por persona. Los pagadores de ese esfuerzo serían obviamente el resto de contribuyentes: los mismos que ya soportan unas de las cotizaciones sociales más altas de toda Europa y toda la OCDE y los mismos para los que se plantea un tipo máximo del IRPF del 49% -según el objetivo que baraja el PSOE-.

Los socialistas lo llaman “Impuesto Negativo sobre la Renta”. Y “en la medida en que existan posibilidades presupuestarias la aplicaremos: un Impuesto Negativo sobre la Renta permitiría entregar, de manera incondicionada, una renta de subsistencia a todos los declarantes que se sitúan entre el 10% más pobre”, aclara el documento fiscal de los socialistas.

El fondo es más político que económico: ofrecer a Podemos la implantación de una renta mínima

Los beneficiados quedan retratados en la descripción del pago: “En particular, todos aquellos declarantes que tengan una renta bruta inferior a 5.300 euros (40% de la renta mediana)”. Y todos ellos “percibirán un complemento de renta que garantice que su renta llega hasta los 5.300 euros, cifra que se vería incrementada en función de las cargas familiares del contribuyente”.

De esta medida se beneficiarán “2,1 millones de personas y percibirán una transferencia de renta media a su favor por parte del Estado de 3.100 euros”. Pero el pago no acabaría ahí, sino que, según los planes socialistas, debería crecer a lo largo del tiempo porque “se trata de un primer paso relevante en la lucha contra la pobreza y en el reconocimiento de un nuevo derecho ciudadano, que debería ampliarse progresivamente”.

La medida es una de las que siempre ha reclamado Podemos. Y una de las que ha exigido la formación morada de forma continua al partido de Pedro Sánchez como demostración de que lucha por la capa con menores ingresos. De este modo, los socialistas recogen el guante y ofrecen un plan que se acerca notablemente a la renta básica tradicionalmente reclamada por los podemitas.

Pero los cálculos son llamativos. En España el Salario Mínimo anual obligatorio es de 10.302,60 euros (14 pagas). Ese sueldo mínimo ha alcanzado esta cifra tras haber sido elevado un 4% respecto al pasado año 2017. Lo que quiere decir que este salario estatal no se destinaría a trabajadores de jornada completa. Sino que iría dirigido a empleos de jornada reducida y que, por lo tanto, resulta difícil pensar que sean el soporte de tantos hogares como para representar a nada menos que a 2,1 millones de contribuyentes.

Traducido: que lo normal es que al menos una parte importante de los preceptores de esas rentas serían personas que complementan su poder adquisitivo con un segundo sueldo familiar o que no están emancipadas y viven con sus familias. Pero, tal y como recoge esta paga el PSOE, el abono a quienes ganan menos de 5.300 euros al año debería ser “incondicional”, por lo que pese a esas indicaciones, recibirían su sueldo gratis con cargo al resto de la población.

La única duda ahora es si de veras los de Pablo Iglesias agradecerán que se plantee seriamente este mínimo vital o, por el contrario, pensarán que una de sus banderas ha sido protagonizada por otro partido de izquierdas.

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