Takefusa Kubo tardó cinco minutos en demostrar con el Getafe que cuando le utilizan y le dan confianza es un joven con una enorme proyección llamado a hacer grandes cosas. El japonés debutó pasada la hora de partido con el conjunto madrileño y en su segunda intervención generó el segundo gol de los de Bordalás. El futbolista del Real Madrid cedido a los azulones recogió un balón en el flanco diestro, encaró, desbordó y se sacó un gran disparo que paró en un primer momento Édgar Badía, pero que en el rechazo Jaime Mata sí pudo batir las redes del Elche para hacer el tanto.
Kubo fue una amenaza constante para la zaga rival. La calidad del asiático hizo acto de presencia desde el principio. Rozó el gol con un gran disparo, recibió una dura entrada de Rigoni cuando encaraba y se inventó un centro para Ángel que terminó en un penalti que supuso la sentencia. Poco más se puede hacer en menos tiempo, demostrando que los de Bordalás ganan mucho con su presencia.
La cesión de Kubo al Getafe se hizo oficial el pasado viernes y en la primera oportunidad que Bordalás ha tenido para poder contar con él no lo ha dudado. El nipón viajó con el resto de sus compañeros a Elche y pudo debutar dejando destellos de su enorme calidad. Esa que vio el Real Madrid, de la que disfrutan los de Ángel Torres y que desaprovechó Emery en el Villarreal.
El acuerdo entre Kubo y el Getafe se prolongará hasta el 30 de junio de 2021, fecha tras la cual Take volverá a la disciplina del Real Madrid, que ha sido espectador en esta operación pero ha ido dando el visto bueno a cada uno de los pasos que se han efectuado, como club propietario de sus derechos.
Kubo fue uno de los principales refuerzos del mercado de fichajes veraniego. El Villarreal y Unai Emery pusieron todo por hacerse con los servicios del japonés, pero luego las cosas no salieron como se esperaba. Los inicios no fueron fáciles, algo que podía esperarse, pero las suplencias pasaron a ser una constante y Emery no supo dónde abrir un hueco en el once a Kubo. Al principio, los dos delanteros le frenaban, y el paso de Gerard Moreno a una banda tampoco le favoreció. Esto hizo que su hueco sólo estuviese en la Europa League, con el teórico equipo B, con el que no pudo lucir su juego más que a cuentagotas.
