Van der Poel deja a Pogacar sin Milán-San Remo en el sprint tras una batalla épica
Mathieu van der Poel se impone a Ganna y Pogacar al sprint en la Milán-San Remo 2025
El neerlandés aguantó los constantes ataques del campeón del mundo y consiguió imponerse gracias a su velocidad en meta
Tadej Pogacar no deja de dar exhibiciones y gana por cuarta vez seguida en Lombardía


Mathieu van der Poel se ha llevado la Milán-San Remo, en una carrera épica, decidida al sprint junto a Filippo Ganna y Tadej Pogacar, tras una épica batalla y un ejercicio de resistencia ante el esloveno. El primer monumento se ha decido al final, en una pelea a tres después de que el campeón del mundo redujera la carrera a 24 kilómetros para el final, en la Cipressa, y tratara de marcharse en solitario en Poggio. No lo consiguió o, más bien, aguantó estoicamente el neerlandés, llegando vivo hasta el descenso final, donde se reenganchó el italiano, para jugársela los tres al sprint final.
Van der Poel se lleva así su segundo triunfo en San Remo, después del logrado en 2023. Dos años después consigue llevarse de nuevo la victoria, ante un Pogacar que buscaba su primer triunfo en la carrera. Después de finalizar el pasado curso en tercera posición, el esloveno buscaba subirse a lo más alto del podio, pero no pudo más que conformarse con repetir la actuación de 2024.
La primera de las clásicas de primavera llegaba con un claro favorito. Tadej Pogacar llegaba a la primera gran cita tras haberse hecho con la Strade Bianche hace dos semanas. La Milán-San Remo era una de las carreras que se le resistía y uno de los dos monumentos que no había ganado aún, por lo que se avecinaba un carrerón en el que todo el pelotón iba a estar a la espera de lo que hiciera el esloveno.
Para el resto era esperar el ataque y, en ese momento, intentar responder. Y tardó en llegar. De hecho, no fue hasta que faltaban 24 kilómetros para meta cuando Pogacar atacó, haciendo mucho daño. Antes había sido Narváez el encargado de seleccionar la carrera. Pero no fue hasta el acelerón del caníbal moderno cuando todo quedó reducido a una lucha de tres.
El maillot arcoíris aprovechó el trabajo hecho por el ecuatoriano, que había conseguido cortar a Philipsen o Trentin, para reducir aún más el grupo. Fue en la Cipressa cuando atacó y cuando se quedó solo con Ganna y Van der Poel. Todo apuntaba a que podría irse ya en solitario en Poggio, donde volvió a insistir en varias ocasiones dejando atrás a Ganna. El italiano llegó a perderles el contacto visual en la ascensión, mientras que el esloveno seguía a lo suyo, buscando soltar de una vez por todas a un Van der Poel que aguantaba como podía.
Van der Poel aguantó y se la llevó
Hasta tres intentonas, tres ataques brutales de Pogacar tuvieron la respuesta de Van der Poel, que hizo un ejercicio tremendo de resistencia hasta el punto de que, antes de coronar, estuvo a punto de soltar él al esloveno. Bajaron y todo apuntaba a que se la jugarían al sprint, donde el holandés tenía ventaja por su velocidad. No contaban con otro actor, un Ganna que consiguió reengancharse.
En el sprint final, Pogacar intentó arrancar desde la cola del trío, pero Van der Poel reaccionó a tiempo y, tirando en primera posición, cambio el ritmo a 300 metros para imponer su velocidad. No pudieron plantarle cara en la recta de meta y el de Alpecin-Deceuninck se llevó su segunda Classicissima.
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