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Liga Santander: Valladolid - Barcelona

El Barcelona estira la Liga

  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Un solitario gol de Arturo Vidal, el jugador menos setienista del Barça, y otra portentosa actuación de Ter Stegen permitieron al Barcelona lograr la victoria en Zorrilla ante el Valladolid y seguir estirando el chicle de la Liga. Los azulgranas, que jugaron por enésima vez antes que el Real Madrid, evitan al menos que los de Zidane sean campeones este lunes.

Setién afrontaba quién sabe si uno de sus últimos partidos como entrenador del Barcelona. Cualquier cosa que no fuera una victoria de su equipo en Valladolid dejaría al Real Madrid vía libre para cantar el alirón el lunes. Su sello fue sentar a Luis Suárez y meter a Riqui Puig. Tampoco jugaba Rakitic y sí un Arturo Vidal, que pega en este Barça lo mismo que Antonio Resines en Star Wars, pero que cumple su labor con afán y entusiasmo como un dependiente de El Corte Inglés pero con cresta.

El Barcelona expropió pronto la pelota al Valladolid y se hizo con ella. Mucho toque, mucho juego por dentro y poca velocidad. Setienismo en estado puro. Pero no era un fútbol zombi como el día del Espanyol, sin que con más pausa que prisa fueron los de Setién encerrando en su área a los de Sergio. A los cinco minutos tuvo la primera Riqui Puig tras una buena llegada desde segunda línea. Con todo el Valladolid no estaba incómodo en el escenario de tener que defenderse más que un candidato de Vox en el País Vasco.

Griezmann protagonizó el segundo aviso del Barcelona al filo de los diez minutos y a la tercera Arturo Vidal no perdonó. Messi y Semedo cosieron una buena jugada en la frontal y el argentino se la puso picadita al Rey Arturo, que se giró y se sacó de su pierna diestra un tiro violento y cruzado que batió por bajo en su estirada a Masip, portero canterano del Barça por cierto. Setién lo celebraba como si hubiera ganado la Champions.

El Barça avasalla en Pucela

El gol espoleó aún más al Barcelona, que tuvo el 0-2 en las botas de Griezmann. El francés recibió un pase franco en el área pequeña pero, como no se esperaba el fallo del central pucelano, no fue capaz de embocar una pelota fácil. Tampoco Semedo en una buena llegada al área en la que acabó disparando al muñeco contra el cuerpo de Masip. Estábamos en el minuto 25 y podían ir perfectamente 0-4.

El Barça era una máquina de generar ocasiones… y de fallarlas. La siguiente volvió a tenerla en sus pies Riqui Puig, pero Masip se cruzó de nuevo en su camino… y de repente, en el 36 pudo y debió empatar el Valladolid. Fue un pelotazo largo que Lenglet peinó involuntariamente hacia atrás y habilitó a Quiqué Pérez, que se plantó solito frente a Ter Stegen. Sin embargo, en la última zancada de la carrera se trompicó y cuando iba a marcar pegó al suelo, así que le salió un tirito inofensivo y defectuoso que desvió con agilidad el fabuloso meta del Barcelona.

Con esa ocasión se llegó al descanso del que volvimos con un Valladolid desatado y un Barcelona que había cambiado a Griezmann por Luis Suárez. Los de Sergio se echaron arriba en busca de un empate imposible pero el Barcelona amenazaba con atacar la espalda de la zaga pucelana.

San Ter Stegen

Antes del 60 el Valladolid tuvo dos ocasiones clamorosas. La primera de Quique en un disparo desde la frontal que se fue a la derecha de Ter Stegen. La segunda en un maravilloso cabezazo de Enes Ünal al que respondió el portero del Barcelona con una estirada a mano cambiada digna de lo que es: posiblemente, el mejor portero del mundo.

Los pucelanos gobernaban el partido y el Barcelona intentaba achicar agua de cualquier manera. Sólo las paradas de Ter Stegen sujetaban la victoria de su equipo en Zorrilla. Setién no sabía cómo cambiar el ritmo del partido. Sin embargo, las ocasiones perdidas por el Valladolid no iban a volver ni tampoco su efervescencia física, que se fue perdiendo con el paso de los minutos.

Para el Barcelona lo peor había pasado al filo del minuto 75. El Valladolid no podía más y los de Setién volvieron a adueñarse de la pelota. Tenían la victoria en su mano para seguir estirando el chicle de la Liga y sólo era cuestión de dejar pasar el tiempo. Lo hicieron, incluido algún rifirrafe de Piqué con Mateu Lahoz al que protestó un agarrón en el área de Javi Sánchez, y el Barça sacó tres puntos en Valladolid que le permiten seguir vivo en la Liga. O medio muerto al menos.