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El cambio de formato se confirma como un éxito

Rubiales duplica el valor de la Supercopa

El cambio de formato de la Supercopa de España ha revalorizado una competición que sobraba en el fútbol nacional. La comercialización de los derechos del torneo supone una importante inyección económica para la RFEF, que se destina al fútbol modesto. La entidad que dirige Rubiales espera duplicar sus ingresos en próximas ediciones

La Supercopa de España se ha confirmado, en su segunda edición con el nuevo formato, como un auténtico éxito. La estrategia de Luis Rubiales de cambiar la obsoleta competición ha conseguido revalorizar un torneo que apenas tenía relevancia en los últimos años y que había pasado a ser una carga en el calendario para los equipos que la disputaban. El cambio de fecha, la ampliación del número de participantes, el sistema de eliminatorias y la sede única, le han dado un fuerte impulso tanto en lo económico como a nivel de repercusión.

En el pasado, la Supercopa había pasado a ser una competición cuyo encuadre en el calendario era un quebradero de cabeza para los campeones de Liga y Copa del Rey. Su disputa en agosto, antes del arranque liguero, condicionaba la planificación de la pretemporada y terminó haciendo de ella uno de los múltiples torneos de verano que habitualmente se disputan antes de comenzar la temporada, aunque con carácter oficial.

El cambio radical del formato llegó después de la edición de 2018. La imposibilidad de encontrar dos fechas disponibles en el calendario para que Sevilla y Barcelona se jugasen el primer título del curso, hizo que a última hora se decidiese jugar a partido único en Tánger.

Aquel ‘bolo’ en Marruecos marcó el fin de una época. Desde la Federación consideraron que el formato estaba acabado y que había que darle un giro. Se decidió entonces aumentar el número de participantes de dos a cuatro, incluyendo a los subcampeones de Liga y Copa, encontrarle una fecha que no supusiera un problema y fijar una sede. Una decisión más que exitosa.

El cambio de fecha, fundamental

La presencia de la Supercopa al comienzo de la temporada suponía un contratiempo para los dos participantes. Los campeones de Liga y Copa veían como incluso sus primeros partidos de Liga se retrasaban por tener que disputar una competición que se llegaba a tomar como un preparativo más de cara al arranque del curso.

Ahora, al jugarse en enero, no supone un incremento en la carga de partidos que deben jugar, al estar exentos de participar en las dos primeras eliminatorias coperas. Además, al disputarse a primeros de enero y adelantarse la disputa de su jornada liguera, tienen de tiempo para preparar específicamente el primer título del año, que -al contrario de lo que sucedía antes- sí que se toman en serio.

La Supercopa ha ganado relevancia con el cambio de formato y prueba de ello son las consecuencias que ha tenido en los dos grandes en las últimas ediciones. El Barcelona destituyó a Valverde el pasado curso al quedar eliminado en semifinales, mientras que el Real Madrid se ha quedado de nuevo al borde de la crisis al no entrar en la presente edición en la final.

El incremento de equipos a cuatro supone un atractivo añadido. Como se ha podido comprobar, la disputa de las semifinales y de la final a partido único asegura el espectáculo. El margen de sorpresa es más amplio de lo que era antes, como se ha visto en las dos primeras ediciones. Hasta el momento, ni el campeón de Liga ni el de Copa ha resultado campeón, Barça y Madrid no se han enfrentado y el Athletic ha conseguido tumbarles de forma consecutiva.

Esperan duplicar ingresos

El nuevo envoltorio de la Supercopa no podía ser más atractivo, lo que posibilitó la comercialización al alza de la competición en todos los aspectos. La sede se adjudicó a Arabia Saudí para las tres primeras ediciones (2020, 2021 y 2022) por una cantidad de 120 millones de euros. Tras jugarse el pasado curso en Yeda, esta temporada la situación sanitaria ha imposibilitado su disputa en suelo saudí, lo que no ha impedido que la Federación haya ingresado los 40 millones correspondientes.

A falta de un año para que concluya el acuerdo, en Las Rozas ya tienen ofertas muy superiores para la disputa del torneo durante los próximos años y consideran que podrían duplicar los ingresos en un futuro no muy lejano. Tras su creación, además del país árabe, se postularon como candidatos a albergar la Supercopa Estados Unidos o China. Ahora, las propuestas que tiene la Federación de cara a próximas ediciones llegan incluso de diversos lugares de España. De hecho, Andalucía no fue la única solución que se barajó para sustituir a Riad en este 2021, pues Galicia también se mostró interesada.

Beneficiosa para el fútbol modesto

La celebración de la Supercopa al estilo Final Four supone una importante inyección para el fútbol español en general. Además de verse beneficiados los equipos participantes, que reciben una importante cifra en concepto de derechos televisivos y en función de los logros deportivos, gran parte de los ingresos que recibe la RFEF van destinados al fútbol modesto.

La Federación destina gran parte de los ingresos a subvencionar a los equipos que conforman las categorías más inmediatas al fútbol profesional. Los clubes de Segunda B y Tercera son los grandes beneficiados por la comercialización de la competición, más allá del campeón de la misma.