EUROCOPA 2016

Ridículo ante Georgia a las puertas de la Eurocopa (0-1)

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Georgia marcó antes del descanso. (EFE)
Javier Iglesias

Ya huele a Eurocopa y el tufillo que rodea a España no es agradable. A tres días para que ruede el balón en Saint-Denis, la Selección ya está lista… o al menos debería estarlo. Parece que no y ya no hay más pruebas. La República Checa espera el lunes y el combinado nacional viaja este miércoles a Francia tras hacer el ridículo perdiendo con Georgia.

El último de los ensayos no podía ser más sencillo. La selección número 137 en el ránking FIFA se plantó en un Coliseum de Getafe, que para no perder la costumbre volvió a mostrar sus gradas con asientos vacíos. Según iban pasando los minutos se fueron tapando algunos huecos, pero la verdad es que lo único lleno fue el saco de dudas con el que salió del sur de Madrid el equipo de Del Bosque.

El amistoso tenía todos los condicionantes para no verlo si salía otro plan alternativo, véase una cerveza en una terracita por ejemplo, pero Vicente del Bosque sabía que era su último ensayo y por ello quiso dar la titularidad a un equipo similar al que pondrá en el debut en la Euro, al menos en la estructura.

La parte de atrás será la misma, hay no hay duda. De Gea comenzó bajo palos como lo hará Toulouse. Casillas lo hizo en el banquillo, como también lo hará en Toulouse. El seleccionador quiere construir un equipo campeón por la base defensiva. Juanfran, Sergio Ramos, Piqué y Jordi Alba no son fijos, son fijísimos y cuanto antes se adapten, mejor. Y visto lo visto, aún les queda.

Lo único que sabía hacer Georgia era quitarse la pelota de encima si les caía en los pies. Si no, con dar alguna que otra tarascada o ponerse por el medio para molestar les era suficiente. Su fútbol consistía en un patapún y a rezar que un fallo de la defensa de España les dejase una oportunidad. Si era por sus méritos el gol era una misión imposible.

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De Gea fue titular ante Georgia. (EFE)

Y la sorpresa saltó al filo del descanso. Fue cuando los astros se juntaron para que marcara Georgia. Una mala entrega de Jordi Alba sobre Ramos unida una cadena de errores y dejadez de Piqué y Ramos acabó con Okriashvili rematando a puerta vacía y batiendo a De Gea. El esperpento comenzaba a coger forma. 

En la parte delantera Lucas Vázquez, Thiago y Aduriz se colaron en los puestos que teóricamente están reservados para Iniesta, Silva y Morata. Pero ojo, que eso no está decidido. Y visto lo visto, que nadie descarte sorpresas.

Lucas debutó y quien lo diría. El mejor de España mientras estuvo en el césped. Siempre pidiendo el balón, incesante, encarando y siendo objeto de muchas faltas. El de Curtis acaba de llegar La Roja, pero es un jugador diferente a todo lo que lleva Del Bosque es su lista.

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Lucas Vázquez debutó contra Georgia. (EFE)

El toque está muy bien y es la esencia de este equipo, pero puede caer en lo previsible y por tanto en lo fácil de defender. Tan sencillo que un equipo como Georgia pudo hacerlo durante los 90 minutos. Lucas sabe jugar por fuera y eso es una carta importante a su favor para hacerse con un hueco en el once o convertirse en el primer cambio si las cosas no marchan como deben.

El balón fue de España, faltaría más, pero hacer gol cuesta y eso es lo que más preocupa en este combinado. El partido era una pachanga, para que engañarnos, tan aburrido que apenas tuvieron que pasar 20 minutos para que la grada hiciera la ola.

En el minuto dos llegó el primer aviso de España. Piqué peinó un balón al que Ramos no llegó en el segundo palo. En el 20, Lucas, desde la derecha, puso la pelota en la cabeza de Aduriz. Pero una vez más, la jugada se quedó en un ¡uy! La mejor jugada de España llegó en el minuto 27 cuando tras una buena combinación colectiva el disparo de Thiago acabó en la madera de la meta defendida por Revishvili. Y en eso se resume la primera parte de La Roja.

 

Cuatro cambios sin efecto

En el descanso, Del Bosque mantuvo el dibujo pero cambió cuatro nombres. Iniesta, Koke, Bellerín y San José al césped y Ramos, Juanfran, Thiago y Cesc al banquillo.

La segunda parte no tuvo ritmo. España juega muy estático y encima le falta chispa. El tremendo golpe de Busquets con el portero, unido a las constantes faltas de Georgia y los cambios no ayudaron. El problema no fue la puntería, es la ausencia de ideas. 

Iniesta fue el único que aportó otra cosa. Al menos intentaba la jugada vertical y rompía líneas cosiendo el balón al pie. Pero ni con esas. España podía había jugado un tercer tiempo que el gol no habría llegado. Las sensaciones no son buenas para comenzar la Eurocopa. Toca pasar por el diván. 

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