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Llegó a eliminar su cuenta

El renacer de Lucía Javorcekova, la espectacular ex ciclista que arrasa con sus desnudos

Lucía Javorcekova es una ex ciclista que arrasa en las redes sociales

Se retiró para ganarse la vida en Onlyfans y triunfa con sus desnudos

Renace tras unos meses oscuros en los que desapareció

Una carrera en el ciclismo que dio paso a varios millones de seguidores en Instagram. Lucía Javorcekova era considerada por muchos la ciclista más bella del mundo, pero decidió centrarse en otras facetas. Concretamente, se hizo una cuenta en Onlyfans y empezó a publicar tórridos posados y desnudos en las redes sociales a cambio de dinero. Su éxito era y es rotundo, pero hace unos meses tomó una decisión impactante que sorprendió a todos. Cerró su cuenta con millones de followers «porque soy mucho más que mi cuerpo y una cara bonita o un número de seguidores. No me importa ser vulnerable y mostrar mis fallos».

Por suerte para sus millones de followers, Lucía Javorcekova acabó recondiserando esa decisión y volvió a abrir su perfil oficial para publicar sugerentes fotos y vídeos. En Instagram juega con sus posturas para publicar desnudos sin censura, mientras en Onlyfans sube contenido totalmente explícito con el que se gana la vida.

La eslovaca superó el bache, pero contaba así lo que sentía meses atrás: «Creo que estoy lista para compartir mi historia. Tal vez necesitaba perder ese gran número (seguidores), porque no me sirve de todos modos… Realmente no sentí que lo mereciera. Como todo en mi vida. Siempre tuve esa sensación de que no soy suficiente. Pasé por mucho, como toda persona en este mundo. No quiero que te sientas mal por mí. Nunca quise arrepentirme, ya que no me arrepiento de nada. Pero siento que necesito compartir todo contigo. Como hice con todos mis amigos. Es una sensación jodidamente buena la de compartir. Es curativo».

«Siempre tuve una relación muy dura con mi cuerpo. Cuando tenía 12 años (la edad de mi hija) tenía curvas, mi cuerpo cambió de una niña flaca a una mujer joven y nunca olvidaré el comentario que recibí de un miembro de nuestra familia bromeando que estaba engordando. Por si fuera poco mi padre me lo mencionaba todos los días. Me miraba al espejo llorando todos los días odiando mi cuerpo cada vez más. Empecé a vomitar todo lo que comía durante 3 años seguidos. Nadie lo notó. Tengo suerte de haber superado este período sin consecuencias, con alguna ayuda, simplemente me cansé y tomé mi vida en mis propias manos», añade.