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Primera victoria como campeón del mundo

Pogacar estrena a lo grande el arcoiris en el Giro de Emilia

Tadej Pogacar se estrena como campeón del mundo con triunfo en el Giro de Emilia

Una semana después de arrasar en el Mundial de Zúrich, se lleva la victoria en la preparación para el Giro de Lombardía

Pogacar se corona en Zúrich con una exhibición Mundial

Una semana después de enfundarse por primera vez el arcoiris, con su victoria en el Mundial, Tadej Pogacar lo ha estrenado a lo grande. El esloveno se ha impuesto en el Giro de Emilia, con otra exhibición, aunque menos que la que dio en Zúrich la pasada semana. Atacó a 37 kilómetros de meta, para marcharse en solitario y celebrar su primer triunfo como campeón del mundo.

Venía de completar el que probablemente sea el mayor recital visto sobre la bicicleta en la historia, llevándose el Mundial en Zúrich con un fulminante ataque a 100 kilómetros de meta. Pero lejos de conformarse y, sobre todo, de perder el hambre, Pogacar ha vuelto a sacar ese caníbal que lleva dentro. Llegaba el Giro de Emilia, con un exigente trazado que finalizaba con un quíntuple ascenso al Santuario de San Lucca, un muro de dos kilómetros y un desnivel medio del 9,4%.

Cuatro de esas subidas las hizo ya en solitario. Pogacar atacó a 37 kilómetros de meta, dejando sentados a los Evenepoel, Roglic, Mas o Yates. Nadie –como de costumbre– pudo seguirle. El del UAE se marchó en solitario, como sucediera una semana antes, hacia una nueva victoria, la 24ª del año y la 87ª de su carrera deportiva. El ataque fue fulminante y el ritmo que se autoimpuso después también, puesto que acabó aventajando al grupo perseguidor, con Pidcock y Piganzoli como segundo y tercero, en 1:54. A dos minutos entró el grupo con los favoritos.

Pogacar aprovechó una intentona de Evenepoel, que probaba suerte una vez se entró en el circuito final, de cinco vueltas por San Luca, para marcharse. El belga lo intentó, pero fue contrarrestado por el del UAE, que entonces se lanzó en busca de su primer triunfo con el arcoiris. Se presentaba como una batalla entre el campeón del mundo y el doble campeón olímpico, que acabó con victoria del primero. De hecho, el del Soudal no fue capaz ni de terminar la carrera, abandonando a falta de 20 kilómetros, tras venirse abajo.

No fue una carrera fácil. A través de los 215 kilómetros de recorrido, tuvieron que lidiar con la intensa lluvia y unas condiciones climáticas más que adversas. Se endurecía de esta forma una carrera más que exigente, pero ni eso fue suficiente para parar a un ciclista superlativo como es Pogacar.

Cuando se marchó, Jorgenson era el único corredor por delante del pelotón. Intentó mantener el ritmo impuesto por el campeón del mundo, pero no pudo soportarlo. Después lo intentó Florian Lipowitz, que se lanzó al ataque y logró conseguir una renta cercana al minuto con el grupo de favoritos, pero fue capturado en la última vuelta. Ya en los últimos kilómetros, Thomas Pidcock se lanzó a por la segunda plaza, que terminaría consiguiendo por delante del italiano Davide Piganzoli.

La victoria de Pogacar llega una semana antes de la disputa del último monumento de la temporada. El Giro de Lombardía es la última gran prueba que tendrá el esloveno esta temporada, en la que puede completar una actuación aún más de ensueño. Después de llevarse las tres últimas ediciones, puede poner el broche de oro a un año increíble con un nuevo triunfo.