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FICHAJE PERSONAL

Paulinho, la última bala de Robert para mantener su puesto

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

A Robert Fernández le han caído por todos sitios este verano. El director técnico del Barcelona se vio sorprendido por la contratación hace tres semanas de un jefe, Pep Segura, que canaliza sus conversaciones y su hilo directo con el presidente Josep María Bartomeu. De la noche a la mañana, la influencia de Robert se ha derrumbado y de ahí que se haya tirado un órdago para intentar recuperar su poder de antaño: fichar sí o sí a Paulinho.

La llegada del brasileño es una petición sólo y exclusivamente de un Robert que incluso ha puesto su cabeza a disposición de la Junta si falla su ojo en esta ocasión. El objetivo no es otro que dar un golpe sobre la mesa y volver a ser el hombre que contrata jugadores y no un mero esbirro de un Pep Segura que es un «ejecutor», tal y como le han definido en el vestuario. Esa sensación se pudo palpar en sus palabras tras la ida de la Supercopa de España: había que darle un palo a Piqué y se le dio sin contemplaciones.

Robert, que si tiene el respeto de Messi y los gallos del vestuario, siempre ha defendido que el Barcelona necesita recuperar la figura de un centrocampista físico como en la era de Guardiola. Yaya Touré o Keita atendían a ese perfil de jugador más rocoso que limpiaba a Xavi o Iniesta de hacer el trabajo sucio. Paulinho viene a cumplir esa función caiga quien caiga.

Y en esta vorágine el primero que se ha dado por aludido es un titular indiscutible de la era Luis Enrique: Sergi Roberto. El canterano quiso abandonar este verano su forzada posición de lateral diestro para encontrar un puesto en el medio del campo y se ha encontrado todas las puertas cerradas. Si ya eran muchos con Andre Gomes, Denis, Rafinha, Busquets, Iniesta o Rakitic, la llegada de Paulinho pone de manifiesto que los intereses de Sergi Roberto le importan poco o nada a la directiva.

El jugador formado en La Masía saldrá por la puerta de atrás –ya nadie se acuerda que fue el héroe del 6-1 al PSG– si trae los 40 millones de su cláusula. El centrocampista quiere jugar el Mundial y sabe que con la actual configuración de plantilla lo tiene imposible salvo que decida volver a ser lateral diestro, algo que a Valverde no le desagrada ya que no le ha utilizado como titular en ninguno de los partidos de pretemporada.

Lo que parece evidente es que en el área deportiva del Barcelona tiene un follón sin precedentes que puede acabar por desnaturalizar al club. Sergi Samper, el canterano que gustó y mucho a los culés esta pretemporada, ha pedido la carta de libertad ante la falta de minutos y la respuesta del club ha sido decirle que se queda sin ficha. Los culés no quieren cometer el mismo error que la temporada pasada cuando dejaron marchar gratis a Sandro. A cambio de ello, el descontento en el vestuario es cada día más palpable.