Özil y Di María usan al Real Madrid para mejorar sus contratos

Mesut Özil y Ángel di María decidieron echar un pulso al Real Madrid. Uno lo hizo en el verano de 2013 y otro en 2014. Fueron ellos y, sobre todo, fueron sus padres, quienes pensaron que sus hijos eran la reencarnación de Maradona y que Florentino Pérez debía hipotecar el futuro del club para pagarles como si fueran Cristiano Ronaldo. Obviamente, ambos perdieron el órdago con el presidente y acabaron haciendo lo que jamás quisieron: las maletas.

Desde el primer minuto Özil y Di María se arrepintieron de irse del Real Madrid, porque sabían que no había un club mejor en el mundo para su carrera deportiva y para asegurar económicamente su vejez y la de sus generaciones venideras. Sencillamente, ellos y sus padres la cagaron.

Özil se marchó al Arsenal y ahí sigue con más pena que gloria. Di María se fue primero al United donde fracasó estrepitosamente y al ahora anda aburrido y millonario en el PSG. El Real Madrid obtuvo por ellos 120 millones de euros que sirvieron para fichar a Kroos, James o Kovacic entre otros. Y ahora quieren volver, o al menos eso es lo que está filtrando su entorno más cercano.

Según publicó el pasado martes del diario Marca, Özil y Di María se habrían ofrecido al Real Madrid. La realidad es que sólo se trata de una maniobra para conseguir un aumento de sueldo en sus respectivos contratos. ¿Que a ambosles encantaría volver a vestir de blanco? Por su puesto. ¿Tienen alguna opción? Cero, pero cero patatero.

Özil está negociando la renovación de contrato con el Arsenal. Llegó al cierre de mercado de 2013 a cambio de 45 millones de euros. Ha sido tan intermitente como siempre, alternando actuaciones gloriosas con intrascendentes. Su contrato, como el de Messi con el Barcelona, acaba en junio de 2018 y, aunque ya gana una pasta, quiere más o esperará a terminar su contrato para acabar con una única salida: regresar a la Bundesliga y vestir la camiseta del Bayern, el sueño de cualquier gran jugador alemán.

El caso de Di María es diferente. Llegó al PSG de rebote tras fracasar en el United y no está negociando nada (de momento), pero la codicia de su padre y de su representante son de sobra conocidas. El jugador se aburre en la Liga francesa y echa de menos vivir en España y jugar en un club como el Real Madrid. Lástima que perdiera su oportunidad al subirse a la parra y rechazar todas las ofertas que le hizo el club el año de la conquista de La Décima.