Historia
Arqueología

Estupefacción entre los arqueólogos por el hallazgo de 3 ciudades ocultas del mundo maya hace 3.000 años

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

La civilización maya existió desde el periodo Preclásico (aproximadamente 2000 a.C. – 250 d.C.) hasta el Posclásico (900 d.C. – 1524 d.C.), cuando comenzó la conquista española. Se sabe cómo se organizaban, qué construían, cómo concebían el tiempo o el poder. Pero en el mundo de la arqueología, surgen piezas que cambian todo.

Ahora, un equipo de arqueólogos del Proyecto Arqueológico Uaxactún (PARU) ha descubierto tres ciudades mayas que llevaban siglos ocultas en el corazón selvático del norte de Petén, Guatemala. Están situadas en forma de triángulo y separadas por cinco kilómetros, como si hubiesen sido planificadas en conjunto. Cada una aporta una visión distinta del mundo maya: la ceremonia, el poder y la ingeniería.

Descubren tres antiguas ciudades mayas en plena selva guatemalteca

El descubrimiento lo dio a conocer el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala en un comunicado publicado el 30 de mayo. La noticia se hizo pública en una rueda de prensa celebrada en el Palacio Nacional de la Cultura, con la presencia del arqueólogo Milan Kovac y la doctora Dora García, principales responsables del proyecto.

Las ciudades fueron identificadas gracias a una colaboración entre expertos guatemaltecos y eslovacos, respaldados por la Universidad Comenius, con sede en Bratislava. El proyecto PARU, activo desde 2009, ha logrado registrar hasta ahora 176 sitios arqueológicos en una extensión de más de 1.200 kilómetros cuadrados, aunque sólo unos 20 han sido excavados a fondo.

¿Cómo son las ciudades mayas que han descubierto?

La primera, Los Abuelos, es probablemente la más significativa. Su nombre proviene de dos esculturas antropomorfas halladas en el sitio, una masculina y otra femenina, interpretadas como representaciones ancestrales.

Esta ciudad tiene un conjunto arquitectónico tipo «Grupo E», diseñado con precisión para seguir los solsticios y equinoccios. Este sistema, usado como observatorio astronómico, podría ser anterior al famoso de Uaxactún. Cerca de las esculturas, los arqueólogos encontraron un entierro humano acompañado por restos de dos felinos, cerámica, conchas marinas y una estela tallada aún por descifrar.

La segunda ciudad, Petnal, parece haber sido un centro político. Lo sugiere su pirámide de 33 metros de altura, en cuya cima sobrevive una habitación con restos de murales en tonos rojo, blanco y negro. Allí también apareció un altar con forma de rana, figura simbólica de fertilidad y renacimiento en la cosmología maya.

La tercera ciudad, Cambrayal, muestra una planificación hidráulica que no se había documentado con este nivel de detalle en otras ciudades del área. Desde la parte alta de un palacio, parte una red de canales revestidos en estuco que, según los investigadores, funcionaban como desagües. También se halló allí una escultura del tipo «barrigón», muy característica de asentamientos de la Costa Sur.

El hallazgo de cerámica cobra aún más valor en una región marcada por el saqueo. Estas piezas pueden servir para rastrear el origen de objetos repartidos por colecciones privadas y museos, y devolverles el contexto que habían perdido.

Cada una de estas ciudades comparte un patrón de ocupación, pues surgieron durante el Preclásico (1000 a.C. – 300 d.C.), fueron abandonadas durante siglos y luego repobladas en el Clásico Tardío (600 – 900 d.C.). Ese ciclo de abandono y renacimiento parece marcar la historia de muchos núcleos mayas.